El pasillo de transbordo entre las líneas L2 y L4 y la L3 del Metro de Barcelona no es solo el más largo de la red, sino también uno de los que menos invitan a atravesarlo por su sordidez. Ahora, una intervención de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha mejorado el paso por este túnel de 260 metros que recorre este paseo barcelonés en el tramo comprendido entre la Gran Via y la calle Aragó. Con el nombre de 'Espais més amables, entorns més acollidors', se han instalado imágenes de alta resolución que hacen más paseable y mucho menos sórdido el pasillo de enlace, que se ha convertido en un espacio un poco más vivo y dinámico.
La intervención ha ido acompañada de un lavado de cara del espacio y una mejora de la iluminación, en una medida recogida en el plan de prevención, detección e intervención de LGTBI-fobia en las redes de transporte público que contempla la generación de espacios seguros y acogedores, con una mejora de la iluminación. Según ha informado TMB, con este objetivo se ha trabajado una prueba piloto para reforzar la percepción de seguridad de los usuarios y prevenir conductas de acoso machista y LGTBI-fòbicas en la red de metro. En concreto, la intervención en el pasillo de Passeig de Gràcia consiste en la instalación de unos vinilos con fotografías de alta resolución del exterior en una parte del intercambiador.
Se trata de un tramo de 23 metros situado al inicio del intercambiador por el acceso de Passeig de Gràcia/Gran Via. Las dimensiones de los vinilos son de 2 metros de altura por 23 metros de largo, que cubren la totalidad de las paredes del tramo. Las imágenes se repiten de forma inversa en ambas paredes del recorrido. Por otra parte, se ha reforzado la iluminación de este tramo, para mejorar la visibilidad y la percepción de seguridad. También se ha pintado el techo y las columnas recreando el cielo de la ciudad, haciendo del espacio un sitio vivo, agradable y dinámico.
Un pasillo escondido en el aparcamiento subterráneo
La longitud del pasillo de intercambio se debe principalmente al hecho de que las estaciones de las líneas L3 y L4 están bastante separadas entre sí, pero también al hecho de que la existencia de un aparcamiento de coches subterráneo impide que se haya podido desarrollar un recorrido más corto. De hecho, el pasillo está escondido en la segunda planta del aparcamiento, que por eso mismo tiene menos plazas de aparcamiento que el resto. Sí no fuera por el aparcamiento, se podría haber hecho un túnel más corto que, de todos modos, seguiría siendo superior a los cien metros de longitud, ya que los andenes de la L4 están situados en el lado Besòs del paseo de Gràcia, entre Gran Via y Diputació, y los de la L3 están en el lado Llobregat de la misma vía, entre Consell de Cent y Aragó.