La Fundació Catalunya la Pedrera ha dado por finalizadas las tareas de reparación del patio de las Papallones o de Provença de la Casa Milà, el célebre edificio de Antoni Gaudí conocido también como la Pedrera, situada en el paseo de Gràcia de Barcelona. Según ha comunicado la fundación, después de nueve meses de trabajos el patio de luces ha recuperado su estado óptimo de conservación después de que el paso del tiempo, así como la lluvia y la contaminación atmosférica, hubieran deteriorado esta parte del edificio centenario. Las tareas llevadas a cabo han sido limpiar, rehabilitar elementos estructurales así como recuperar las texturas, los colores y elementos originales como los estucos, las pinturas y las policromías de la obra de Gaudí.
Esta es la segunda actuación que se lleva a cabo en el patio de luces desde la restauración integral que se hizo en el edificio entre 1987 y en 1997 y de esta manera, la Fundació Catalunya la Pedrera, responsable de la Casa Milà, mantiene de esta manera el compromiso de mantener y conservar el patrimonio. El plan de reparación también ha incluido tareas de cerrajería, carpintería y restauración de las pinturas policromadas, entre otras. El equipo de profesionales que han llevado a cabo las diferentes reparaciones de patio están encabezados por arquitectos, seguidos de escayolistas y estuquistas, restauradores de pinturas murales, especialistas del hierro y carpinteros.
El patio de luces está estructurado a partir de columnas y grandes ventanales. Las fachadas interiores destacan por detalles artesanales como las barandillas de hierro forjado y por las pinturas murales naturalistas. Gaudí fue único al construir el edificio alrededor de dos patios centrales. Los patios cumplen una función esencial. Entre columna y columna hay grandes ventanales que facilitan una mejor iluminación y ventilación en las seis plantas de viviendas. En este patio de forma elíptica destaca la escalera puente para acceder al piso principal, con una estructura de hierro que la hace volar para economizar espacio interior. En las paredes del patio encontramos restos de pinturas murales de motivos florales, agrupados en la parte central, y debajo de las ventanas.
Patrimonio mundial
La Pedrera fue declarada por la UNESCO Bien cultural del patrimonio mundial por su valor universal excepcional el año 1984. También forma parte del Patrimonio Arquitectónico Histórico-artístico de la ciudad de Barcelona, con la categoría A, y es Bien Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya, la máxima distinción y protección patrimonial, entre otros reconocimientos. Las tareas de reparación del patio de Provença han seguido las directrices marcadas por la Fundació Catalunya la Pedrera en conservación y mantenimiento continuado de la Pedrera. Todas las actuaciones e intervenciones sobre el edificio se hacen siguiendo las directrices propias de la disciplina específica de la restauración e intervención en el Patrimonio bajo principios de mínima intervención y compatibilidad de materiales y tecnologías aplicadas, y supervisadas por las comisiones de Patrimonio del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya.
Como ha explicado la Fundació, los trabajos de reparación han consistido en revisar los estucados, tratar los elementos metálicos, impermeabilizar el canal de recogida de agua y la superficie horizontal del terrado. El patio está estructurado a partir de columnas y grandes ventanales. Las fachadas interiores destacan por detalles artesanales como las barandillas de hierro forjado y por las pinturas murales naturalistas.
El proceso de recuperación de las pinturas se ha basado en la eliminación de la suciedad superficial y aplicación de un tratamiento biocida por eliminación de líquenes localizados. También la eliminación de las eflorescencias salinas, consolidación y fijación de la capa de policromía descohesionada, saneamiento de morteros con grietas, laminados o separados de su soporte original y aplicación de capa protectora aislante. Las pinturas murales de los patios interiores de la Pedrera son especiales porque en su origen estaban totalmente revestidos con policromías hasta la línea de cornisa desde donde arranca la mansarda de principios del siglo XX. El pintor Aleix Clapés (1846 – 1920) fue el encargado de dirigir, entre 1909 y 1911, la decoración pictórica de la Pedrera-Casa Milà. Según ha indicado la fundación, no se dispone de documentos originales que puedan mostrar la totalidad de la decoración de los paramentos verticales del patio.
Intervención en los años 90
Después de años de deterioro y olvido, en los años 90 del siglo pasado se intervino globalmente en el edificio y se restauraron a fondo todos los elementos patrimoniales significativos. Se comprobó que las pinturas de los muros del patio habían ido sufriendo las inclemencias del tiempo y el abandono, y que sólo quedaban restos en aquellos sitios protegidos por cornisas o alféizares de ventanas. Las que coincidían con la vertical de las gárgolas, habían ido desapareciendo por la acción del agua de lluvia. La finalidad de las múltiples restauraciones que se han llevado a cabo han sido para reforzar, aportar resistencia y proteger los materiales pictóricos ante los agentes externos, de manera que se puedan mantener durante más tiempo, intentando frenar la rapidez en que se producen estas alteraciones por los efectos atmosféricos.