Collserola es la gran montaña de Barcelona, su principal pulmón verde y también una vía de escape popular que permite, todavía hoy, que centenares de ciudadanos lo utilicen cada día para hacer deporte, excursiones o simplemente, disfrutar de una buena vista de la ciudad. Pero su popularización se debe, en buena parte, a la existencia de tranvías que favorecieron el proceso de acercar la ciudad a la montaña, en paralelo también al desarrollo del ferrocarril que finalmente atravesó la sierra. Ahora, el libro 'Tramvies de Collserola' (Mirador Llibres, 2023), de Gerard Roger, explica cómo este medio de transporte fue clave para la "conquista" ciudadana de Collserola.
La obra, que complementa otros libros de la misma editorial, como 'Tramvies del pla de Barcelona I (1872-1899)' y 'Tramvies del pla de Barcelona II (1899-1970)' recuerda en sus 86 páginas y con gran profusión de fotografías históricas, como a partir de 1863, con la llegada del ferrocarril al municipio independiente de Sant Vicenç de Sarrià, miles de barceloneses "quisieron conocer con detalle los bosques, las fuentes y todos los rincones que existían más allá del Desert de Sarrià y del Monastir de Pedralbes", y en esta "conquista" tuvo su papel el tranvía, junto con el funicular como "los primeros en llegar arriba del Tibidabo". De hecho, el mismo funicular, inaugurado en 1901, necesitó lo que posteriormente se popularizaría como Tramvia Blau -actualmente fuera de servicio y, de momento, sin fecha para volver a circular-, para completar el viaje hasta la cima.
Aunque la misma historia explicada en el libro mezcla los hitos del ferrocarril, el funicular y el tranvía, el hecho es que este último sistema de transporte público posibilitó la conexión entre Barcelona y Collserola con líneas, que, de camino a Vallvidrera -municipio independiente hasta 1890, cuando fue absorbido por Sant Vicenç de Sarrià-, incluso pasaban por algunos tramos de la actual carretera de les Aigües. De hecho, en la obra se echan de menos algún tipo de planos o mapas explicativos que favorecerían la comprensión de los trayectos y evolución del transporte de este territorio que no se integraría en Barcelona hasta el año 1921.
El 'tramvia de cinc' y el del Casino de l'Arrabassada
Así, en 'Tramvies de Collserola' se habla, además del Tramvia Blau ya mencionado, de otras líneas, como el conocido como 'tramvia de cinc' por el precio del billete, cinco céntimos, que hacía el trayecto desde las Tres Torres hasta Vallvidrera, o el del Casino de l'Arrabassada, que llevaba a los clientes hasta el gran complejo lúdico que había en la carretera de este nombre, que constaba de casino, servicios de hostelería y restauración y un parque de atracciones que hacía la competencia al del Tibidabo y del que hoy solo quedan cuatro ruinas escondidas entre la vegetación. Al fin y al cabo, una interesante recopilación de un medio de transporte muy popular y que ayudó a "conquistar" Collserola.