Nueva pifia del gobierno municipal de Barcelona. Este sábado, la alcaldesa, Ada Colau, ha participado en la inauguración del cambio de nombre en la calle de Ramiro de Maeztu que ha pasado a decirse de Ana María Matute Ausenjo. Cuando Colau y los presentes han destapado la nueva placa se han quedado con un palmo de narices. Bajo el nombre de Ana María Matute había escrito la profesión con una falta de ortografía muy extraña: "Escriptora i acadèmico". Una palabra masculina en castellano, pero con el acento abierto del catalán. Desde el consistorio municipal lo han atribuido a un error y han prometido cambiar la placa y volver a colgarla sin ninguna falta de ortografía.

Colau ha asegurado que el cambio de nombre se trata de un paso más para "democratizar el nomenclátor" que todavía los nombres de mujeres no llegan ni al 8% de las calles, plazas y avenidas de la capital barcelonesa. La alcaldesa ha defendido la importancia de feminizar los nombres de las calles de la capital catalana y ha afirmado que Matute fue una autoría "profundamente barcelonesa que dio a conocer la ciudad en el mundo". La nueva calle Ana María Matute Asenjo está situado en la frontera entre los distritos de Gracia y de Horta-Guinardó y mujer visibilidad a la ganadora de los premios literarios como el Premio Planeta, el Premi Nadal y el Premio nacional de las Letras Españolas, entre otros.

El cambio permite seguir feminizando el nomenclátor de Barcelona, que tradicionalmente "ha priorizado los nombres de hombres privilegiados vinculados a la iglesia, la monarquía, el ejército o la aristocracia y que ha olvidado el papel de personajes popular o femeninos".

Colau, imputada

La primera reacción de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ante la citación judicial para declarar como investigada por supuestas subvenciones irregulares a varias entidades, ha sido la de expresar su "perplejidad", confiar en que la querella quedará "en nada" y considerar que está "fuera de lugar" plantear su renuncia al cargo. De hecho, ha recordado que la causa ya fue archivada en su momento y ha confiado en que esta vez vuelva a pasar el mismo. Con todo, las acusaciones de las cuales es objeto la alcaldesa podrían ser motivo de renuncia según el mismo código ético de Barcelona en Comú, un documento donde la formación establecía varios compromisos que, con el paso del tiempo, no han estado seguidos a rajatabla.

Así, entre los puntos del código ético destaca el 3.6, que textualmente exige a sus cargos el "compromiso de renuncia o cese de forma inmediata de todos los cargos, ante la imputación por la judicatura de delitos relacionados con corrupción, prevaricación con ánimo de lucro, tráfico de influencias, enriquecimiento injusto con recursos públicos o privados, soborno, malversación y apropiación de fondo públicos ya sea por interés propio o para favorecer terceras personas. Así como también en casos de acusación judicial por delitos de racismo, xenofobia, violencia de género, homofobia u otros delitos contra los derechos humanos o los derechos de las personas trabajadoras".

Hay que recordar que, tal como se supo el martes por la noche, Colau tendrá que declarar ante el juez el 4 de marzo en calidad de investigada por los delitos de prevaricación, fraude en la contratación, malversación de dinero público, tráfico de influencias y negociaciones prohibidas, y, por lo tanto, en aplicación estricta del código ético, tendría que dimitir, ya que el concepto de imputado ha sido sustituido por el de investigado, aunque ya ha anunciado que no tiene intención de renunciar al cargo