El teniente de la alcaldía de Prevenció i Seguretat de l'Ajuntament de Barcelona, Albert Batlle, ha anunciado que las playas metropolitanas no cerrarán durante la verbena de Sant Joan. La decisión todavía no se ha anunciado oficialmente pero Batlle lo ha dado por hecho: "Recuperamos la verbena", ha dicho en la rueda de prensa de presentación de la puesta en marcha del Grup de Platges de la Guàrdia Urbana.
Batlle ha indicado que las playas abiertas por la verbena serán "no sólo las de Barcelona, sino también todas las del área metropolitana", aunque ha admitido que "no está del todo concretado", tal como ha avanzado Betevé.
Esta decisión llega un año después de que el consistorio decidiera cerrar las playas la noche de Sant Joan para evitar aglomeraciones en plena pandemia por la Covid-19. Las diez playas de la ciudad, así como los chiringuitos que hay, permanecieron cerrados desde las ocho de la noche del día 23 hasta las 10 de la mañana del 24 de junio.
Dispositivo policial
Albert Batlle ha explicado que el dispositivo policial de la Guardia Urbana previsto para la verbena de Sant Joan será similar al de otros años prepandemia: "Es un dispositivo rodado que no tiene muchos secretos". Además, ha añadido que se trabajará para que a las seis de la mañana las playas queden limpias para que los bañistas puedan ir sin problema.
Exceso de aforo durante el fin de semana
La Guardia Urbana de Barcelona cerró este sábado en torno a las 18.00 de la tarde el acceso a las playas del Bogatell, la Nova Icària y la Mar Bella por alta ocupación, el primer día de temporada alta de baño. El cuerpo policial reguló la entrada de personas con el fin de garantizar que se mantengan las distancias de seguridad, siguiendo el protocolo sanitario vigente. A medida que empezó a salir gente, se volvió a permitir el acceso a nuevos usuarios. Esta actuación policial respondía al protocolo Covid-19 del Ayuntamiento de Barcelona de cara esta temporada de verano.
Otra de las medidas de este protocolo es la prohibición de fumar en cuatro playas de la ciudad de Barcelona: Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Nova Mar Bella. La prohibición es una prueba piloto que se anunció el pasado febrero que se llama Platges sense Fum. La iniciativa responde a dos objetivos: proteger la salud de la ciudadanía y el medio ambiente. Durante todo el verano las playas escogidas estarán libres de humo y de colillas en la arena.
La prueba persigue alejar a los colectivos vulnerables como los niños, las mujeres embarazadas o las personas mayores del humo del tabaco. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el humo que aspiran los fumadores pasivos causa 1,2 millones de muertes al año.