La montaña de Montjuïc será objeto de una gran reconversión con la vista puesta en el año 2035, según los planes anunciados esta misma semana por el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que basó su participación en el acto 'L'alcalde respon' a explicar su visión de futuro de esta montaña. Las intervenciones previstas afectan a la montaña y todos sus espacios de conexión, afectando a la Anella Olímpica y los jardines históricos así como toda la reconversión del espacio ferial, así como la avenida del Paral·lel, el paseo de la Zona Franca, la Gran Via y la futura ronda del Morrot, sin olvidar la plaza de Espanya, que también vivirá una importante transformación que, paradójicamente, hará revivir una imagen del pasado.
Actualmente, la plaza de España es, principalmente, una gran rotonda de regulación del tráfico, como lo puede ser la plaza de Francesc Macià, porque las dos tienen la característica de que el espacio central no es accesible para los peatones. En la plaza Espanya, el círculo central está marcado por la presencia de la fuente -ahora inoperante por la sequía- que conmemora la Exposición Universal de 1929 y que oficialmente se llama Font dels Tres Mars porque es una alegoría a los mares que bañan la península Ibérica, y toda ella está rodeada de césped, en un espacio donde no hay ninguna facilidad para que los peatones puedan acceder. Basta con subir a la terraza del centro comercial Les Arenes para comprender que el espacio central de la plaza es zona prohibida a los peatones.
En el proyecto de futura plaza Espanya, sin embargo, hay un cambio radical, ya que en el marco de una pacificación que incluirá también la conversión en espacio de peatones de la avenida Maria Cristina, se prevé la implantación de una acera en el círculo interior de la plaza, a costa, según una primera imagen que difícilmente será la definitiva, de la zona de césped y no de los carriles de circulación, que se mantendrían en su configuración actual. La futura plaza de Espanya será pues un eje de peatones, con pasos semafóricos que permitirán pasar por la anilla central eliminando, así, la obligación actual de dar toda la vuelta a la plaza si se quiere ir, por ejemplo, desde la calle Tarragona a Maria Cristina o enlazar los dos segmentos de la Gran Via.
Esta intervención tiene su punto clave en una nueva acera en torno a la fuente, pero también incluye los nuevos pasos semafóricos así como la incorporación de verde en todo el entorno y la integración, por un lado, en el eje de movilidad que configurará el acceso al reformado recinto ferial, y de la otra la integración con la red de transporte público. Esta transformación está presupuestada en 10 millones de euros y la intención del actual gobierno municipal es la de emprenderla una vez finalicen las obras de prolongación de la L8 de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) y, por lo tanto, no sería una realidad hasta el próximo mandato (2027-2031), como pronto.
Hay que tener en cuenta que, en todo caso, este proyecto no solo se tendrá que esperar a que finalice la prolongación de FGC entre Plaça Espanya y Gràcia, sino que también podría estar condicionado a la construcción futura de una importante estación de autobuses subterránea que está prevista también en el ámbito de la plaza Espanya entre la fuente y la avenida Maria Cristina, que es el único espacio de la plaza que no tiene infraestructuras subterráneas, ya que por el resto del ámbito pasan dos líneas de Metro, la L1 y la L3, el túnel para coches que une la Gran Via, y la estación de FGC más el túnel que se está haciendo ahora.
En todo caso, aunque parezca una novedad que se habilite el paso de peatones por el círculo central de la plaza de Espanya, la verdad es que no lo es, ya que históricamente, sí que los peatones habían podido transitar por el círculo central para conectar, por un camino más corto, los extremos de la plaza. Hay bastantes fotos históricas que así lo demuestran, con peatones paseando junto a la fuente por el interior de una plaza por donde pasan muchos más tranvías que coches. Hay imágenes anteriores a la fuente y posteriores a la construcción de esta, es decir, anteriores y posteriores a 1929 que es cuando se inauguró, que muestran gente a pie al círculo central, hasta que una reforma más moderna comportó suprimir el acceso de los peatones en la anilla central. Todo ello comporta que esta plaza Espanya del futuro recupere, paradójicamente, una imagen del pasado.