Los promotores del museo Hermitage en Barcelona pliegan velas. El proyecto de abrir en la capital catalana una franquicia del célebre museo de San Petersburgo pasará a formar parte de los proyectos fracasados de ciudad una vez esta mañana se ha dado a conocer que hartos de las trabas que les ha puesto el ayuntamiento abandonan la ciudad. Según ha avanzado esta mañana el medio 'El País' y ha confirmado elNacional.cat, a partir de ahora los promotores del museo dedicarán todos los esfuerzos en el frente judicial que mantienen abierto con el consistorio con la intención de conseguir una indemnización por los años que el proyecto ha sido bloqueado.
Así, el fondo suizo-luxemburgués Varía, líder de la iniciativa del Hermitage Barcelona, ha dado por definitivamente descartado el proyecto a causa de las dificultades con que se han encontrado desde hace años con el ayuntamiento de Barcelona. El anuncio, además, se ha hecho coincidiendo con la celebración, este viernes, del pleno municipal correspondiente al mes de enero. A la espera de que pueda haber algún cambio desde el ayuntamiento con respecto a la instalación en Barcelona del museo Hermitage, la decisión de los promotores cierra años de conflicto con una derrota para el espacio cultural de la ciudad, pocos meses después de que el Hermitage anunció un acuerdo de colaboración con el Teatro del Liceo.
Polémica durante años
Aunque la polémica en torno a la instalación del Hermitage en Barcelona se ha alargado durante años, en los últimos meses ha llegado a su clímax, con un claro enfrentamiento entre el consistorio y los promotores, con el añadido que uno de los socios del gobierno municipal, el PSC, siempre se había mostrado públicamente a favor del nuevo museo, que tenía que ocupar un solar de la nueva bocana del puerto. Sin embargo, en octubre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, negó el permiso para la instalación, hecho que abrió un proceso judicial. El Hermitage Barcelona llevó al ayuntamiento a los tribunales porque entiende que la denegación del permiso, a pesar de la autorización inicial por parte de Port de Barcelona, no se ajusta a la ley.
A falta que se resuelva el proceso judicial, lo que sí que es cierto es que para los promotores del proyecto se abre ahora la vía de poder llevar la franquicia a algún otro lugar. En este sentido, es públicamente conocido el interés de ciudades españolas como Málaga y Madrid por acoger un museo que, según parece, no llegará nunca a ser una realidad en Barcelona. Por parte de Málaga, ciudad gobernada por el PP, el gobierno municipal ha mantenido reuniones con los promotores y ya les ha ofrecido diferentes opciones donde podría encajar el proyecto, aunque los responsables de la iniciativa han mostrado preferencia por el puerto. En todo caso, otro proyecto de futuro que se escapa de la ciudad de Barcelona, mientras otros ya se preparan para hacer sus ofertas.