El Partido Popular ha sido el partido que ha tardado más en definir a su candidato a la alcaldía de Barcelona para las elecciones municipales 2023, pero una vez escogido oficialmente un nombre, el de Daniel Sirera, se ha apresurado a cerrar filas en torno a él y promoverlo como la gran esperanza del españolismo en la capital catalana. Justo dos días después de confirmarse la candidatura, el presidente del PP en Catalunya, Alejandro Fernández y el presidente del PP en Barcelona, Manu Reyes, han acompañado Sirera en su presentación como cabeza de lista ante los medios de comunicación, donde los tres han exhibido imagen de unidad y entusiasmo.
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De hecho, desde el PP se quiere contagiar la sensación que soplan buenos vientos para este partido en Barcelona, en especial si se tiene en cuenta que en el año 2019 el partido, liderado entonces por el escénico Josep Bou, consiguió entrar en el pleno municipal por los pelos con un 5,01% de los votos, y con la posibilidad de pescar votos en un escenario unionista resquebrajado en al menos cuatro opciones, el mismo Partido Popular, más Ciudadanos, Valents y Vox. En este contexto, Sirera ha reclamado el rol del PP como "casa común del constitucionalismo" y se ha mostrado dispuesto a abrir "de par en par las puertas del partido a todas aquellas personas que votaron otras fuerzas, como Ciutadans o Vox, u otros que se han creado después, y que puedan confiar en el PP como único candidato que puede plantar cara a independentistas y populistas". De hecho, Sirera se ha mostrado dispuesto a "hablar con todo el mundo" pero no ha abierto la boca sobre posibles pactos con fuerzas políticas con las que comparte espacio electoral.
Asimismo, más allá de un discurso de buenas intenciones con expresiones como la intención de "gobernar para todos los ciudadanos y ciudadanas de Barcelona" o que la ciudad "necesita un alcalde y un gobierno municipal que se preocupe de los problemas de la gente", Sirera ha marcado su propio margen de maniobra de cara el día siguiente de las elecciones del 28 de mayo, asegurando que si depende del PP Ada Colau no repetirá como alcaldesa ni tampoco gobernará la ciudad ningún independentista. "Barcelona ha sido sometida al intento de determinadas fuerzas de apropiarse la ciudad, para la izquierda ha sido como un laboratorio de ideas y el independentismo quiere poner Barcelona al servicio de la causa", ha afirmado, para añadir que "entre los que han dado apoyo a Colau y los que solo quieren la independencia, yo quiero que Barcelona vuelva a ser Barcelona".
"Collboni forma parte del problema"
Descartados los comunes y los independentistas, Sirera tampoco ha querido casarse con Jaume Collboni, líder del PSC y el único con posibilidades de ganar las elecciones que no entraría en la ecuación de descarte y ha señalado que "Collboni forma parte del problema de la ciudad de Barcelona", para añadir que "parece que ahora critica lo que hace el Ayuntamiento pero olvida que él forma parte del gobierno municipal", y por eso ha defendido que su candidatura busca que "el máximo de barceloneses vean el Partido Popular como una fuerza útil". De hecho, ha añadido que su aspiración es la de "tener el máximo número posible de concejales", indicando que "no existe ninguna maldición que diga que el PP de Catalunya no pueda aspirar a gobernar Barcelona".