Los premios Gaudí de El 47 serán recordados por ser la noche de la película de Marcel Barrena y el coleccionista de estatuillas Eduard Fernández que ha puesto Torre Baró en el mapa del mundo, por ser la noche en la que Emma Vilarasau se estrenó en los premios del cine catalán como ganadora del galardón a mejor actriz, el mayor galardón que se llevó Casa en llamas, pero también por ser la noche en la qué se reivindicó el derecho y la lucha por una vivienda digna, que representó la historia de los vecinos de este barrio de Barcelona que Manolo Vital y sus vecinos construyeron con sus manos. Pero también fue la noche en la que mucha gente descubrió la Casa Orsola, inmueble modernista de la calle Consell de Cent con Calabria que, como bien explica el redactor de ElNacional especialista en Barcelona, Jordi Palmer, “se ha convertido en el ejemplo de los problemas de especulación y gentrificación que se vive en aquellos espacios ciudadanos que se han visto alterados por la irrupción de los Ejes Verdes, la también llamada Supermanzana del Eixample”. Casa Orsola también ganó a un Gaudí simbólico e improvisado, el de la dignidad, que no tiene estatuilla, pero que ha llegado a las conciencias de los espectadores.
El llamamiento de Auquer, Arnal y Marqués-Marcet
“El día 31 hacen el desahucio de la Casa Orsola, si no tenéis nada que hacer, cuantos más seamos, más difícil será”, fue el llamamiento que hizo Enric Auquer, ganador del premio a mejor actor secundario. No fue el único ganador de la noche que subió al estrado que se refirió al caso de la Casa Orsola, construida entre 1909 y 1913, que forma este conjunto de edificios modernistas que destacan por su fachada verde con esgrafiados y su decoración interior con mosaicos y frescos modernistas, que se ha convertido en un símbolo de la especulación inmobiliaria en Barcelona desde que fue adquirido por Lioness Inversiones hace más de cuatro años.
Otros premiados que mencionaron Casa Orsola en sus discursos fueronMaria Arnal, al recibir el premio a mejor canción original, hizo otro llamamiento directo. “Nos vemos el 31 de enero en el desahucio de los inquilinos de la Casa Orsola”, dijo. Y también Carlos Marqués-Marcet, ganador del Premio Gaudí en mejor película en lengua no catalana, Polvo Serán, que también se sumó a la reivindicación: “¡Nos vemos el día 31 en el deshaucio!”, gritó.
Procesos de desahucio abiertos
Hay que remontarse en octubre 2021, cuando Lioness Inversiones, un fondo de inversión, compró el edificio con finalidad especulativa e inició un proceso para echar a los vecinos a medida que se iban agotando los contratos de alquiler vigente con la intención de convertir el inmueble en pisos de alquiler temporal, a unos precios hasta cuatro golpes superiores. Eso desencadenó una batalla vecinal y toda una serie de conflictos entre los inquilinos y la nueva propiedad. La finca consta de 27 viviendas y cuatro locales comerciales, y algunos vecinos ya se enfrentan a procesos de desahucio pendientes para estar fuera de contrato. La movilización ciudadana que ha catalizado este caso, uniendo a vecinos, activistas y organizaciones en torno a la causa de la vivienda digna, se ha expresado en manifestaciones y actos de apoyo. La Casa Orsola, como ha demostrado su protagonismo en los Gaudí, también se ha convertido en un símbolo cultural, con artistas y personalidades públicas denunciando la situación y llamando a seguir con la movilización.
¿Qué pasa el día 31 de enero?
El día 31 de enero el activismo ciudadano tiene una misión, evitar el desahucio de Josep Torrent, uno de estos inquilinos que viven con la amenaza de quedarse sin la casa que ha ocupado durante más de dos décadas. Este desahucio marca el inicio de un proceso que puede afectar a otros residentes de la Casa Orsola, y por eso el Sindicat de Llogateres i Llogaters ha hecho un llamamiento masivo por intentar parar este desahucio, convocando vecinos, colectivos y entidades, para unirse a la defensa del emblemático edificio e impedir que los Mossos d'Esquadra hagan efectivo la orden de desahucio emitido por el juzgado de instrucción número 8 de Barcelona, atendiendo la petición del fondo de inversiones inmobiliarias Lioness Inversiones. Habrá que ver qué efecto tendrá el llamamiento amplificado por los premios Gaudí.