Entre las tradiciones navideñas barcelonesas hay una que no falta nunca a su cita anual, la de la polémica en torno al belén de la plaza de Sant Jaume. Desde aquel célebre butanero de los consistorios socialistas hasta la instalación artística del año pasado, cada año -incluso en el 2020, cuando no se hizo- se repite la polémica, a menudo polarizada en la dicotomía entre la tradición versus la modernidad. En este contexto, si el gobierno municipal quería alimentar la polémica, lo ha conseguido, con un videomapping sobre la fachada de la Casa Gran que se ha podido ver este viernes por la noche por primera vez.

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El pesebre de Sant Jaume este año es un videomapping. Eso sí, con las figuras tradicionales del belén / Foto: Irene Vilà Capafons

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El videomapping incluye códigos QR para poder interactuar con él / Foto: Irene Vilà Capafons

Y es que el Ayuntamiento de Barcelona ha querido dejar la plaza de Sant Jaume sin belén tangible por tercer año consecutivo. Ya lo hizo en 2020 en aplicación de las restricciones a causa de la pandemia de la Covid, y en 2021 apostó por una instalación artística fallida que tenía que convertir en un belén gigantesco todo el recorrido entre la Via Laietana y la Rambla a través de las calles Jaume I y Ferran, además de la misma plaza. Además, este año lo ha inaugurado singularmente tarde y ha esperado hasta este viernes, 16 de diciembre, cuando habitualmente ya se puede ver a finales de noviembre.

 

Ahora bien, a pie de plaza ha habido división de opiniones entre las personas que han tenido ocasión de ver las primeras proyecciones. El sector más tradicional, que también es, en general, el de más edad, ha sido más crítico que los más jóvenes, que han agradecido más la innovación de este año. También los visitantes de la ciudad se han mostrado positivamente sorprendidos y agradecidos por la innovación. De hecho, Beatriz, de Madrid, ha tenido la oportunidad de conocer "la tradición del tió, que no la conocía" y ha destacado el mapping como "una alternativa a la tradición", mientras que Zenozza, de Roma, ha destacado la diferencia "con una instalación estática" y se ha mostrado convencido que el pesebre que propone el gobierno municipal "puede tener mucho público".

Jordi Martí: "Ha respondido a las expectativas"

En la línea positiva no podía faltar el teniente de alcaldía de Cultura, Jordi Martí Grau, que ha bajado a la plaza para anunciar que el belén de Sant Jaume, "una de las noticias más esperadas del año, ha respondido a las expectativas", y ha hecho una relación entre la interactividad del nuevo montaje y el pesebre doméstico, "que tiene su punto de interactividad acercando a los pastores o los reyes". En la otra cara de la moneda, las quejas se han centrado en la falta de sentimiento en la plaza; así, para Dolors, el mapping es "lento y repetitivo", y para Alfonso, hace que la plaza se vea "oscura y vacía".

 

Pere habría preferido un belén tradicional "como lo hemos visto durante ochenta años", mientras que Maria ha recordado que hay "audiovisuales preciosos", pero que este "no queda lo bastante definido, se ven demasiado las ventanas". De hecho, los problemas de visión han sido una queja recurrente, como han opinado Maria Rosa y la Pili, que las dos han considerado que el mapping se veía "borroso". "Un año se podría hacer un pesebre viviente", ha añadido la primera, y la segunda ha recordado que el belén de la Catedral "es monísimo". La Nicoletta, en cambio, se ha situado en el equipo de fans del nuevo belén, ya ha probado el interactivo y estaba pendiente de ver su nombre en la fachada de la Casa Gran: "Es chulo y divertido". Por su parte, Francesc ha celebrado que en las proyecciones "todo son cosas navideñas" y Marta los ha comparado con los pesebres más recientes para sentenciar: "Me gusta mucho más que los otros años, que eran demasiado originales".

Solo en horario de tarde

Esta instalación virtual ha sido diseñada por Onionlab, y se podrá ver en la fachada del Ayuntamiento de Barcelona hasta el 5 de enero, en horario de inicio de 18 h y hasta las 22 h o las 23 h según los días, es decir, que durante toda la mañana y primera hora de la tarde no habrá nada que ver -excepto el árbol de Navidad en uno de los rincones de la plaza- en Sant Jaume. Además, vista su interactividad, apela a la participación ciudadana, que puede modificar las proyecciones gracias a una aplicación a la cual se accede a través de códigos QR proyectados por el mismo videomapping.