En paralelo a las obras en curso de la construcción de la Sagrada Familia, que ahora se centran en la finalización de las torres de los evangelistas Marcos y Juan, con la previsión de inaugurarlas este mismo 2023, se están llevando a cabo las obras de restauración de las torres de la fachada de Nacimiento, la más antigua de todas y que está reconocida como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. Hay que recordar que estas torres ya tienen casi cien años, ya que fueron concluidas a finales de los años veinte del siglo pasado. De hecho, Antoni Gaudí solo vio acabada una, la de san Bernabé, finalizada en 1925, un año antes de morir.
Con casi un siglo de historia, el año pasado empezó la restauración de la fachada del Nacimiento, empezando por el claustro del Rosario y las cuatro torres, ennegrecidas por cien años de contaminación. El año pasado se empezó a trabajar en las torres correspondientes a los apóstoles Judas Tadeo y Matías y este año 2023 se ha continuado con las torres de los santos Bernabé y Simón, con la previsión de acabar los trabajos de restauración de los pináculos el próximo mes de octubre. De momento, según ha dado a conocer este jueves la misma Sagrada Familia vía redes sociales, ya se ha dado por acabada la restauración de la parte superior de las torres de los santos Judas Tadeo y Matías.
De hecho, una vez se han empezado a retirar los andamios de las torres de los apóstoles Judas Tadeo y Matías, se han podido ver los pináculos otra vez limpios y con todo el estallido de colores que habían perdido con el paso del tiempo y que contrastan con las torres de la fachada de la Pasión, que al ser más modernas todavía conservan su coloración original. En las mismas imágenes distribuidas por la Sagrada Familia se observa como las torres de Matías y Judas Tadeo ya han recuperado la coloración original, mientras se sigue trabajando en los terminales de las otras dos torres, las dedicadas a Bernabé y Simón.
Las torres más antiguas
Las cuatro torres de la fachada del Nacimiento son las más antiguas de todas, ya que se terminó todo el conjunto en 1930. De hecho, Gaudí incluso llegó a ver una acabada, la de la izquierda mirando el portal desde la calle Marina, dedicada a san Bernabé, finalizada en 1925, un año antes de la muerte del arquitecto. Las otras tres —siempre de izquierda a derecha— están dedicadas a san Simón, san Judas Tadeo y san Matías. Hay que observar que de los cuatro santos mencionados, en realidad solo dos fueron apóstoles titulares de Jesús, Simón y Judas Tadeo, pero Bernabé y Matías también hicieron méritos para tener una torre. Las dos centrales tienen una altura de 107 metros, y las de los laterales, 98.