Una muestra fehaciente de la entrada en una fase casi final de las obras del templo de la Sagrada Familia de Barcelona es el hecho de que la grúa que los últimos años se ha utilizado ha quedado pequeña y se ha tenido que cambiar por una mayor. Este cambio, anunciado el marzo pasado en la presentación de la memoria anual, se llevó a cabo durante abril, pero ha sido a finales de mayo cuando el mismo templo ha difundido un vídeo donde se recoge la actuación de ingeniería que ha permitido reemplazar la anterior grúa por la actual en un trabajo combinado, donde la vieja se utilizó para colocar la nueva y, a su vez, la nueva se utilizó para desmontar a la vieja.
La nueva torre, además, ya ha empezado a operar y ha hecho posible que la torre de Jesús haya ganado un nuevo nivel, de manera que ya es la más alta de todo el templo. Esta construcción llegará a los 172,50 metros de altura, y estará coronada por una cruz de cuatro brazos que hará 17 metros de altura y 13,50 metros de anchura y se prevé finalizarla en 2025 e inaugurarla en 2026, durante la conmemoración del centenario de la muerte de Antoni Gaudí. Es por eso que hace unas semanas se instaló una nueva grúa que cumple la máxima exigencia en la seguridad, la eficiencia y la funcionalidad, tanto para los trabajadores como para los visitantes de la basílica y, además, marca el inicio de la etapa de la finalización del templo expiatorio.
La base que da apoyo al palo central de la grúa se sitúa en las cubiertas de la nave central, a 54 metros, y la parte más alta de la pluma llegará a los 203 metros de altura. La instalación de esta grúa (que reemplaza la que se encontraba detrás de la torre de la Virgen) permitirá alcanzar nuevos hitos, como finalizar la torre de Jesucristo y conectarla con la torre de la Virgen, la fachada de la Glòria y las cubiertas de la nave central.
En todo caso, la construcción de la torre de Jesús va a muy buen ritmo, ya que en abril de 2023 se colocó el noveno nivel y en diciembre, el décimo. Ahora las previsiones son cerrar 2024 con el duodécimo nivel ya instalado, de manera que solo quedará para colocar, a lo largo de 2025, la monumental cruz que tiene que coronar la torre y que elevará el templo a los 172,5 metros de altura, la construcción más alta de Barcelona después de la Torre de Collserola.