Pese a que el Ayuntamiento de Barcelona no ha sido receptivo a la propuesta ciudadana de destinar uno de los pabellones de la Fira de Montjuïc a un futuro Museu del Transport, los promotores de la iniciativa no se dan por vencidos y esta misma semana han organizado un coloquio para armarse de argumentos para volver a reclamar al gobierno municipal, el actual o el que surja de las urnas el próximo 28 de mayo, la necesidad que la capital de Catalunya cuente con un equipamiento de estas características como ya lo tienen otras grandes ciudades del mundo, donde se pueda conservar, mantener y divulgar todo el legado patrimonial que hace referencia al parque móvil de la ciudad, incluyendo tranvías, autobuses, metros y también vehículos del cuerpo de Bombers de Barcelona.

Hay que recordar que a principios de 2022 y en el contexto del debate sobre los futuros usos del espacio ferial de Montjuïc una vez expire la concesión actual a Fira de Barcelona, que acaba en 2025, un colectivo de ciudadanos lanzó la propuesta de reconvertir el Palau número 1 de la Fira -el primero a la izquierda de la avenida Maria Cristina desde la plaza de España- que precisamente se conoce como Palau de Comunicació i Transport porque cubrió esta función en la Feria Internacional de 1929, cuando fue construido, en la sede permanente de un Museu del Transport barcelonés.

Si la petición se hizo en enero de 2022, en febrero ya quedó descartada dentro del proyecto de reconversión del espacio ferial. En aquella ocasión, la teniente de alcaldía de Urbanismo e Infraestructuras, Janet Sanz, argumentó el rechazo por una cuestión de espacio y añadió que en los planes futuros del espacio ferial se priorizó "la ampliación del MNAC, un pabellón polideportivo y el CAP" e instó a los impulsores del museo a "buscar otras ubicaciones donde no haya tantas otras demandas ligadas a las necesidades vecinales". Un año después, los promotores insisten en que el palacio de Montjuïc sigue siendo la mejor opción, aunque proponen una alternativa a largo plazo, la Estació de França.

Por eso, y con el título de 'El Museu del Transport, un deute de ciutat', el lunes pasado se celebró una jornada de debate sobre la cuestión convocada por la Agrupació per a la Defensa i la Intervenció en el Patrimoni Arquitectònic (AADIPA) y la Associació del Museu de la Ciència i de la Tècnica i d’Arqueologia Industrial de Catalunya (AMCTAIC) donde se pudo defender la necesidad del Museu del Transport de Barcelona, así como su posible ubicación y el contenido que podría tener la colección permanente. El encuentro tuvo lugar en la sede del Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya.

Nos tenemos que dotar de un museo de la categoría de los mejores museos que hay en Europa"

"Nos tenemos que dotar de un museo de la categoría de los mejores museos que hay en Europa", señaló en su intervención el historiador del transporte público de Barcelona Joan Termes y Roig, que defendió que en el futuro museo, "el material se tiene que poder ver, tocar si se puede y mantenerlo para las generaciones futuras". Asimismo, recordó que la reclamación de un museo de estas características es una historia que viene de antiguo, ya de cuándo "se inició la desaparición de tranvías", cuando ya se propuso buscar "un lugar donde conservar los vehículos que se iban retirando, pero ninguno cuajó".

Ubicaciones desestimadas

De hecho, según Termes, la primera petición de un museo del transporte barcelonés se hizo en 1968 al entonces alcalde del régimen franquista Josep Maria de Porcioles. Otros hitos de esta larga reclamación fueron la gran exposición 'Trens i estacions' en el Mercat del Born el año 1981 o el fallido proyecto de Museu del Transport de Castellar de n'Hug y por el camino se descartaron posibles ubicaciones como las cocheras de Sants, Diputació, Pere IV y Lutxana, así como la Fabra i Coats, la Estación del Nord, los mercados del Born y del Peix, así como dependencias de TMB en Sant Genís dels Agudells y la Zona Franca.

En 1981 el Mercado del Born acogió la gran exposición 'Trens i estacions', un precedente de lo que podría ser el futuro Museu del Transport de Barcelona / Foto: Pepe Encinas - AjBCN

Por eso mismo, Termes señaló que la ubicación idónea sería el Palau 1 de la Feria de Montjuïc, entre otras cosas, "porque la Fira lo utiliza unos 40 días al año" y porque permitiría "liberar espacio a las cocheras de TMB". De hecho, uno de los grandes problemas de la colección histórica es su deterioro en dependencias de Transports Metropolitans de Barcelona. "Un museo no tiene que ser un mausoleo", insistió Termes, que defendió la ubicación de Montjuïc asegurando que así "el edificio volvería a su función original y sería un homenaje a la feria de 1929". Todavía más, una buena opción sería, precisamente, celebrar el centenario de la feria con el nuevo museo en funcionamiento.

La alternativa de la Estació de França

Si Termes defendió la ubicación en el espacio ferial de Montjuïc, el ingeniero industrial Santiago Montero Homs, aprovechó su intervención para hablar de una posible alternativa, la Estació de França. Montero recordó que uno de los problemas de la actual red de trenes es la falta de espacio para estacionar los vehículos, y esta es la principal razón que ha permitido la "supervivencia de la Estació de França", que varias veces ha estado a punto de ser demolida y que en la actualidad es una singularidad en el sistema ferroviario barcelonés, al tratarse de la única estación término de la red de Rodalies. "Si se ha salvado es precisamente porque tiene 1300 metros lineales de vía que permiten guardar trenes", apuntó.

Si la Estació de França se ha salvado es precisamente porque tiene 1300 metros lineales de vía que permiten guardar trenes"

Ahora bien, Montero apunta también que Barcelona necesita un tercer túnel ferroviario además de los que ahora atraviesan la ciudad, uno por la calle de Aragó y el otro por la ronda de Sant Pere -aparte del túnel de los servicios de alta velocidad y ancho europeo- y su propuesta es hacerlo por el litoral, entre la avenida Meridiana, la avenida del Marquès de l'Argentera y el Morrot, que "permitiría liberar la Estació de França", no para derribarla, sino para destinarla al Museu del Transport. Eso sí, bajo la atenta mirada de Pere Macias, coordinador del Pla de Rodalies y asistente a la jornada de debate, el mismo Montero apuntó que este proyecto "no lo quiere hacer nadie, y en eso incluyo la administración catalana".

Por su parte, Jordi Orta Roca, gestor del patrimonio histórico de TMB, señaló la necesidad de definir qué tipo de colección se quería mostrar en el eventual futuro museo, además de repasar el inventario actual, formado por quince tranvías, treinta y un autobuses, dos coches de funicular y varias unidades de metro, como 2 unidades de 3 coches (M1-M6-M8 y 1169-1418-1170), 1 coche s/100 (126); 1 coche s/400 (425) y se prevé incorporar 1 unidad de 3 coches s/3000 y 1 unidad de 3 coches s/4000 una vez finalice la incorporación de los nuevos trenes de las series 7000 y 8000.

El Metro histórico M1-M6-M8 es una de las joyas de la colección de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) / Foto: Fundació TMB

Aunque el material de TMB formaría el cuerpo central de la colección, a este habría que añadir el recuperado del parque de bomberos de Barcelona, que lleva a cabo importantes trabajos de conservación y restauración, tal como puntualizó Oriol Altisench, bombero jubilado y miembro de la Plataforma en Defensa del Patrimoni Històric dels Bombers de Barcelona (PDPHBB). En la actualidad, parte del material recuperado se exhibe en el Espai Bombers de la calle Lleida y otra parte en el MUHBA Oliva Artés. Altisench se apresuró a reclamar unos 2000 m² del futuro equipamiento para exhibirlos todo el material de bomberos unido, además de espacio para trabajar en la restauración de vehículos.

El inventario de patrimonio histórico de TMB está formado por quince tranvías, treinta y un autobuses, dos coches de funicular y varias unidades de metro

En las colecciones de TMB y Bombers, se podría añadir también la colección del Museu de Carruatges de la Vall d'Hebron, que hace años que está cerrado al público y asimismo, incluir una escuela de formación profesional con talleres de pintura, mecánica y electricidad, que servirían para restaurar vehículos. En todo caso, el museo, de momento, sigue siendo un proyecto, pero cuenta con el empuje de sus promotores, que ya han convocado una nueva jornada de debate para el 6 de marzo en el Col·legi d'Arquitectes más centrado en las estaciones. Así, aunque el gobierno municipal no parece interesado en impulsarlo e incluso el mismo director del Museo de Historia de Barcelona, Joan Roca, aseguró el jueves, en respuesta a elNacional.cat, que sobre el proyecto no tenía "una opinión formada para hacerla pública", los impulsores no desfallecen. Tal como afirmó en la clausura del acto la vicepresidenta del AMCTAIC, Assumpció Feliu Torras: "Volvemos a la batalla".