El movimiento vecinal contra el ruido toma fuerza y consistencia en la ciudad de Barcelona con la presentación en sociedad de la Xavecs -Xarxa Veïnal Contra el Soroll-, entidad que aglutina varios colectivos de toda la ciudad con un denominador en común, la lucha contra el ruido nocturno y la reivindicación del derecho "a vivir y dormir en nuestra casa". Dentro de una campaña de acciones que ya tiene en la agenda una manifestación en la plaza de Sant Jaume para el 23 de noviembre, este miércoles ha querido hacer acto de presencia en "la zona cero del ruido", en la calle de Enric Granados, donde un centenar de vecinos han protestado contra el ruido y la proliferación de terrazas.
Enric Granados es una calle pacificada del Eixample, muy anterior a los Ejes Verdes actualmente en ejecución y una muestra de lo que pasa cuando se favorece la implantación de establecimientos de restauración, que comportan la masificación de terrazas y el alargamiento del ruido hasta altas horas, de la noche. "Es como tener una aspiradora en casa" ha puesto como ejemplo Miquel Prats, a uno de los portavoces de la Xavecs, en referencia al ruido que tienen que soportar los vecinos de esta calle a lo largo de la noche. La concentración, que ha tenido lugar en el cruce entre las calles Enric Granados y Provença y que ha comportado el corte al tráfico de esta segunda calle, ha conseguido reunir vecinos de diferentes puntos de la ciudad.
En la lectura del manifiesto de protesta, a cargo de una vecina de la calle, se ha recordado que Enric Granados es "uno de los puntos más ruidosos de la ciudad" y por eso lo han escogido como inicio de una "serie de acciones para denunciar que el ruido acaba con la salud de los ciudadanos" y al mismo tiempo advertir que la casuística de este punto del Eixample "puede pasar en cualquier otra calle", porque "se esparce como una mancha de aceite". "Queremos que Enric Granados deje de ser el ejemplo de lo que no puede pasar", ha recordado la vecina, que seguidamente ha relatado las reivindicaciones vecinales, que pasan por la retirada de licencias en terrazas otorgadas durante la Covid y la reducción de los horarios, así como la inspección continuada.
La concentración, que ha sido de poca duración, ha finalizado con un minuto de silencio, la principal reclamación de los manifestantes, que han escenificado esta petición con un gesto que empieza a ser habitual en sus concentraciones, todos los concentrados llevándose las manos a los oídos como queja por el ruido. De momento, y después de esta reivindicación en esta "zona cero del ruido", los vecinos ya invitan a participar en la futura manifestación del 23 de noviembre en la plaza de Sant Jaume, para llevar las protestas a quién consideran principal responsable de todo, el Ayuntamiento de Barcelona.