La transformación urbanística de Barcelona que impulsa el actual gobierno municipal -con actuaciones simultáneas en Via Laietana, la Diagonal o la calle Consell de Cent- no ha llegado en la secuencia temporal que el RACC habría querido, que insiste en que primero hay que hacer una mejora en profundidad del transporte público metropolitano antes de poner en marcha una serie de cambios urbanos que, como que no se ha hecho de esta manera, comportan el peligro de aumentar la congestión sin favorecer la intermodalidad en la movilidad. Esta es una demanda que el RACC ha formulado anteriormente, pero este miércoles ha reiterado ante los datos de un nuevo estudio del club automovilístico, esta vez sobre la percepción de la movilidad en Barcelona.

En concreto, el presidente del RACC, Josep Mateu, ha recordado que "el actual gobierno municipal se tendría que replantear y ponerse objetivos realistas en cuanto a reducir la movilidad en vehículo privado", que pasaría por "mejorar la red metropolitana de transporte público". "Pedimos priorizar las infraestructuras de transporte público metropolitano, primero acabemos la red de Ferrocarriles y Rodalies y después hacemos el resto, y no al revés", ha añadido Mateu, que ha recordado que, con respecto a la conexión del tranvía por la Diagonal, "siempre hemos dicho que no lo consideramos prioritario ni era una demanda de la gente", y ante la posibilidad de que se efectúe una consulta, como ha apuntado el alcaldable Trias, ha señalado que, a pesar de asumir que ya hay una parte en obras, "veremos después de las elecciones cómo queda, si hay consulta, se continúa o se detiene".

Más congestión a cuatro años vista

Según el estudio, que el RACC mismo ha insistido en que se basa "en las percepciones de los usuarios", se concluye que un 65% de los ciudadanos considera que la congestión en Barcelona empeorará en los próximos cuatro años. Todavía más, un 72% de los ciudadanos consideran que hoy es menos seguro caminar por Barcelona que hace cuatro años. De hecho, el estudio señala que cada vez hay más necesidad de hacer desplazamientos, ya que solo un 30% de los barceloneses trabaja en el mismo distrito de residencia, a los cuales hay que añadir a todos los ciudadanos que entran a la ciudad desde el área metropolitana cada día para trabajar.

Y es que la asignatura pendiente con respecto a la movilidad es la de conseguir que los conductores de vehículo privado opten por el transporte público, un aspecto que no ha salido bien aunque, según el RACC, el 50% de los usuarios de vehículo privado tienen una alternativa razonable en el transporte público. Según el estudio, las razones para no conseguir este cambio de movilidad se tiene que buscar en la percepción de poca fiabilidad del transporte público, que contrasta con el alta fiabilidad que consideran que tiene el transporte privado. Todavía más, los usuarios de coche y moto consideran que el transporte público es lento, mal comunicado y con una sensación de inseguridad para los usuarios.

Sí a las motos en el carril bus

Asimismo, Mateu ha posicionado a favorecer una prueba de seis meses para que los motoristas puedan circular por el carril bus, la principal demanda que hizo a la entidad Motoristes per Barcelona en un acto con alcaldables la semana pasada, aunque hace unos años, el mismo RACC se había posicionado en contra: "Hace unos años recomendábamos que no se hiciera, pero con los cambios que ha habido ahora estamos de acuerdo en hacer una prueba piloto, porque tenemos que pensar que si en la Via Laietana está previsto que en el carril bus puedan circular bicicletas, es lógico que se pueda probar con las motos".