La próxima semana empezarán las obras de prolongación del tranvía con el fin de llegar a medio plazo a conectar por la Diagonal las dos redes tranviarias existentes en la actualidad en Barcelona, el TramBaix y el TramBesòs. Cuando faltan pocos días para que se inicie la primera fase de la conexión en el tramo de la Diagonal entre Glòries y Verdaguer, el Ayuntamiento de Barcelona ha querido publicitar la inminente transformación con una gran lona publicitaria ubicada en la avenida Diagonal con la calle de Pau Claris, un lugar no afectado por la primera fase de las obras pero que sirve de reclamo muy visible para que la ciudadanía tenga conocimiento del inicio de la unión de las dos redes.

Pero como pasa con todas las grandes infraestructuras de ciudad, más allá de los anuncios triunfalistas y los renders coloridos, que a menudo son mucho más bonitos que la cruda realidad, en este caso esta obra, que históricamente ha tenido bastantes detractores, genera muchas dudas, sobre todo con respecto a la convivencia del tranvía con el resto de vehículos que utilizan la Diagonal. Tanto es así que el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) ya ha detectado un posible punto negro, una zona actualmente muy empleada por el tráfico y que se verá seriamente afectada por la llegada del tranvía, ya que añadirá un plus de conflictividad.

"El punto más conflictivo"

Se trata de la plaza de Pablo Neruda, es decir la intersección de las calles Aragó y Marina con la avenida Diagonal, un punto que, según ha adelantado el director de movilidad del RACC, Cristian Bardají, a elNacional.cat, "puede ser el punto más conflictivo de todo el trazado". "Nos preocupa cómo se acabará resolviendo el cruce de Marina con Aragón", ha afirmado Bardají, porque estas dos calles concentran la entrada de vehículos de Barcelona, tanto los provenientes de la Meridiana -por Aragó- como los de la Gran Via -por Marina- que se pueden incorporar a Aragó hacia el centro de Barcelona "en la misma fase semafórica".

La plaza de Pablo Neruda acoge el tráfico proveniente de la Meridiana y la Gran Via / Google Street View

A ello hay que añadir que la inminente abertura del túnel de les Glòries en dirección Llobregat no supondrá en absoluto ningún cambio en esta configuración actual, porque los vehículos que circulen por dentro del túnel seguirán siendo desviados por Marina una vez salgan a la superficie. Por lo tanto, en la plaza Pablo Neruda, un ámbito que comprende también otras calles lo bastante congestionadas, como Consell de Cent en dirección salida de Barcelona, se concentra buena parte de todo el tráfico que entra a la ciudad por los accesos de la Meridiana y la Gran Via de las Corts Catalanes. Y ahora se añadirá el tranvía.

Según el RACC, aparte de las restricciones que ocasionen las obras, una vez terminado el tranvía se acabará el acceso en una misma fase semafórica, ya que "como también estará el tranvía, la conexión se tendrá que hacer con un semáforo que dé paso primero a los de una calle y después a los de la otra", cosa que, lógicamente, ralentizará la movilidad en un espacio siempre muy congestionado. Esta nueva configuración, obligada por el paso del tranvía, "limitará mucho la capacidad de giro", ha añadido Bardají, que ha recordado que desde el RACC no se considera como "prioritaria" la conexión tranviaria. De hecho, la misma entidad ha lanzado una campaña publicitaria advirtiendo de los problemas de congestión que se ocasionarán los próximos años en Barcelona ante el alud de obras previstas.

El ayuntamiento no prevé grandes afectaciones al tráfico

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha previsto que la plaza Pablo Neruda sea uno de los cinco ámbitos específico de las obras. En concreto, en este tramo la previsión es que las obras se inicien con los trabajos de habilitación de un carril adicional de circulación en la calle Aragó, entre la calle de la Marina y la calle Sardenya. Una vez puesto en servicio este carril, el tráfico proveniente de la calle de la Marina estará obligado a continuar recto en sentido ascendente o desviarse hacia la calle Aragó, y el paso de vehículos hacia la avenida Diagonal en este ámbito quedará cortado para ejecutar las obras. Los peatones y los ciclistas tendrán itinerarios habilitados para acceder a la avenida Diagonal y en todo momento se mantendrá el acceso para vecinos y parkings de la zona.

Además, a pesar de las prevenciones que muestra el RACC, el ayuntamiento considera que las obras de la primera fase prolongación de la red tranviaria entre Glòries y Verdaguer no producirán grandes afectaciones al tráfico, ya que hace meses que la misma Diagonal tiene tramos cortados al tráfico a causa de las obras del colector, una obra que tiene que estar terminada para que se pueda concluir la conexión tranviaria.