El tronco central de las líneas L9/10 del Metro de Barcelona es una de las grandes infraestructuras en construcción en la capital de Catalunya y, según palabras del president Pere Aragonès, "una estructura clave tanto para Barcelona como para el área metropolitana". Después del nuevo impulso constructivo iniciado en abril de 2022, se trabaja a buen ritmo con el horizonte de la puesta en servicio a finales de década, con una fecha probable de finalización total fijada en 2029, aunque se prevén inauguraciones escalonadas, entre las cuales se incluirían las estaciones de Sarrià y Mandri, uno de los espacios donde hay más actividad en este momento, que podrían entrar en servicio en el 2027.
Este viernes por la mañana, el mismo Pere Aragonès, acompañado de la consellera de Territori, Ester Capella en una visita de obras a la futura estación de Sarrià —que tendrá enlace con la estación homónima de los FGC— se ha referido a esta línea como "la obra civil más importante en Catalunya de los últimos 20 años", un título que, en todo caso, se podría disputar con las obras del entorno ferroviario de la Sagrera. Sea como sea, y con el horizonte todavía de más de cinco años de obras, este es el estado actual de las L9 y L10, lo que queda pendiente y en qué estado están las obras actuales.
¿Qué está terminado?
En cuanto a la parte en servicio de las líneas 9 y 10, las dos tienen en funcionamiento los ramales norte y sur. Con respecto al lado norte o Besòs, ya hay 12 estaciones en servicio entre La Sagrera y Can Zam (L9) y Gorg (L10), que conforman en total 11 kilómetros de líneas de Metro y que trasladan 10 millones de personas al año. En el otro extremo de la metrópoli, el lado Sur o Llobregat comprende 23 estaciones entre Zona Universitària y Aeroport T1 (L9) y entre Collblanc y Zal/Riu Vell (L10), que hacen 27 kilómetros y dan servicio a 12 millones de usuarios anuales. En total, pues, el uso actual de las dos líneas es de 23 millones de personas el año.
¿Qué queda por hacer?
Con 35 estaciones en servicio actualmente, todavía quedan 15 por abrir, algunas de las cuales en los tramos ya en funcionamiento, como Sagrera - TAV o Camp Nou entre otros, pero la mayoría son en el tronco central que tiene que unir las estaciones de Zona Universitària y La Sagrera pasando por las futuras estaciones de Campus Nord, Manuel Girona, Sarrià, Mandri, El Putxet, Lesseps, Sanllehy, Guinardó | Hospital de Sant Pau i Maragall. En concreto, quedan, pues, 15 estaciones pendientes y un túnel de unos 9 kilómetros, de los cuales hay construidos 6,4 kilómetros y pendientes de los cuales 3 km. Además, también está pendiente un viaducto de 1,1 km para hacer llegar la L10 hasta la estación de Polígon Pratenc.
¿En qué estado están las obras?
Las obras en el tronco central incluyen todavía un importante tramo pendiente de perforar entre las estaciones de Sarrià y Lesseps, mientras que el resto de tramos, Zona Universitària - Sarrià, por un lado, y Lesseps - La Sagrera por el otro, ya están perforados, con algunos tramos construidos con losa intermedia en los dos extremos. Además, actualmente se trabaja en las perforaciones de los pozos de las estaciones de Sarrià y Mandri. Los pozos permiten bajar a una profundidad de hasta 75 metros donde se conecta con el túnel del metro propiamente dicho. En el caso de Sarrià, con un pozo de 72,5 metros, se han excavado ya 38,4 metros y quedan pendientes 34,1 m. En Mandri, el pozo tendrá una profundidad de 75 metros, de los cuales se han excavado 69,5 metros y quedan pendientes 5,5 m.
¿Cómo quedará una vez completada toda la obra?
Cuando las dos líneas estén completamente acabadas a finales de década, el resultado será un complejo ferroviario de 48 kilómetros de longitud, con 50 estaciones y 17 intercambiadores, de los cuales la L9 supondrá 38 km y 37 estaciones y la L10, 26 km y 31 estaciones. Las dos líneas tienen un tramo común, entre Can Tries | Gornal y Bon Pastor, de 16 km. Ahora bien, la finalización del tronco central supondrá también un salto en la demanda que absorbieron estas líneas, pasando de los 23 millones de usuarios anuales en 113, es decir, se prevé multiplicar por cinco el uso, con un impacto previsto en cifras como 8.130 vehículos eliminados de la red; la reducción de 21 millones de kilómetros recorridos por vehículos al año; el ahorro de 8,3 millones de horas anuales, y el ahorro de 5.100 toneladas de CO₂ anuales.