La reforma de la Rambla avanza poco a poco pero de manera implacable. Los trabajos en la acera Besòs, que se iniciaron en junio de este año con el objetivo de tener terminada toda esta parte en abril del 2025 ya tienen tramos donde se puede ver cómo quedará el espacio, con aceras mucho más anchas y un único carril de circulación, mientras que otros todavía están en la fase de excavación arqueológica, un aspecto que, como siempre reitera Xavier Maese, arqueólogo del Servicio de Arqueología de Barcelona, "forma parte de la obra", una prevención necesaria para incidir en que las prospecciones arqueológicas "no dificultan la obra, es un proceso más".

En todo caso y más allá de esta prevención necesaria, lo cierto es que la reforma de la Rambla ha convertido, aunque sea temporalmente, esta principal vía ciudadana en un pozo de historia, ya que han permitido que afloren bastantes restos históricos. Después de los restos encontrados en el tramo de Drassanes y de la plaza del Teatre, el avance de la intervención ha permitido ahora recuperar restos de la muralla medieval, el Estudi General y de la antigua fundición de cañones. Recuperar, eso sí, en el sentido que ahora se podrán documentar y rescatar aquellos bienes muebles localizados, sobre todo cerámica, porque el futuro de los grandes hallazgos arquitectónicos, tras la documentación y análisis, es volver a quedar enterrados bajo la obra de reurbanización, la solución que siempre recomiendan los arqueólogos si no se ha previsto ningún proyecto museístico.

Una excavación "nada fácil"

En este contexto, y en el marco de una visita a los medios de comunicación, este jueves se han dado a conocer algunos de los nuevos hallazgos, que hay que tener en cuenta que casi todos ya se esperaba que estuvieran ahí, porque se trata de un tramo de la ciudad histórico y suficientemente cartografiado. La sorpresa, en todo caso, es saber el estado en que se encontrará aquello que ya se presupone que estará. La actual fase de prospecciones cuenta además, con una dificultad con respecto a la primera fase delante de Drassanes, que es que se ha tenido que trabajar "por tramos y por pastillas", ya que las obras no siguen una linealidad, sino que se hacen por trozos, combinando estas tareas con la habilitación de pasos para peatones y coches, además de la propia reurbanización. Por eso, Maese ha querido indicar que esta fase de excavaciones "no es nada fácil".

Aspecto general de los restos del Estudi General, encontrados en la parte superior de la Rambla / Foto: Carlos Baglietto
Las prospecciones arqueológicas se combinan con las obras de reurbanización / Foto: Carlos Baglietto
Restos del pavimento de un patio interior del Estudi General / Foto: Carlos Baglietto

Ahora bien, la dificultad no ha evitado que haya hallazgos significativos. Desde arriba de la Rambla y en sentido descendente se ha encontrado tocando a la plaza de Catalunya el tramo inicial de la muralla del Raval, es decir, la fortificación iniciada en el siglo XIV para rodear todo el actual barrio del Raval y que dejó obsoleta la anterior muralla de la Rambla, y un poco más abajo, los restos del Estudi General de Barcelona, el precedente de la Universitat de Barcelona, que era el edificio que cerraba la Rambla por su parte superior, construido a partir de 1536, adosado a la parte interior de la muralla medieval de la ciudad y que a raíz del Decreto de Nueva Planta, se convirtió en cuartel militar y fue derribado en 1843 para construir la puerta de Isabel II.

 

En el tramo entre las calles Portaferrissa y Boqueria, se han encontrado restos de la Real Fundición de Artilleria de Bronce de Barcelona, concretamente seis pilares relacionados con esta antigua fundición de cañones, impulsada por el Consell de Cent a finales del siglo XVI para defender la ciudad. Se trata de un edificio desmontado a finales del siglo XVIII durante la reforma de la Rambla para convertirla en un bulevar y trasladado a su ubicación actual, en la parte final del paseo. También se han localizado restos de parte de la torre norte del portal medieval de la Boqueria, que quedó fuera de uso cuando se construyó la muralla que rodeaba el Raval.

En el siguiente tramo, a partir de la calle Cardenal Casañas, han aflorado restos de hasta tres colectores de agua del siglo XVIII, destinados a canalizar agua limpia, con tubos de cerámica en el interior. Se han documentado más de 300 metros, de manera intermitente, de estos colectores. Finalmente, en la plaza del Teatre, donde ya se recuperó parte del portal de Trentaclaus, ahora ha aflorado un nuevo tramo de la muralla de la Rambla, del siglo XIV, que seguía el curso de la riera. De hecho, según ha indicado Irene Cruz, arqueóloga directriz del tramo Liceu- Portal de la Pau, ha resaltado la importancia de la muralla "como contención de riadas" y, de hecho, se ha podido documentar por los restos obtenidos los estragos "de algunas grandes riadas".

Los hallazgos se documentan sobre el terreno / Foto: Carlos Baglietto
Muestra de los restos de cerámica encontrados en las excavaciones de la Rambla / Foto: Carlos Baglietto

A pesar de la dificultad de las excavaciones por la misma naturaleza de la obra y el hecho que todavía queda mucho para excavar, especialmente en la acera Llobregat y no tanto en el tramo central, muy afectado por el paso del Metro, el hecho es que, según ha resaltado Òscar Matas, arqueólogo director del tramo plaza Catalunya-Liceu, las obras de reurbanización han permitido que "por primera vez tengamos una visión arqueológica de la Rambla de conjunto". Eso sí, los restos ahora visibles volverán a ser soterrados en unos días, mientras que las piezas recuperadas, sobre todo fragmentos de cerámica, serán trasladadas a las dependencias del MUHBA en la Zona Franca, para proceder a su limpieza, estudio y catalogación. La Rambla, en todo caso, promete más hallazgos en los dos años largos que quedan de obras.