Aunque las obras de prolongación de la L8 de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) ya han empezado, la ocupación de parte del parque de Joan Miró de Barcelona para ubicar la zona logística no empezará hasta el verano. En este contexto, la Plataforma Salvem el parc Joan Miró mira de agotar todas las posibilidades para evitar la afectación en esta zona verde, el único gran parque del distrito del Eixample, que supondrá la tala de 118 árboles. Si hace dos semanas propusieron una alternativa a la ocupación del parque, este lunes han reclamado la intercesión de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Según un comunicado de la plataforma, los vecinos recuerdan que la ministra, que forma parte del PSOE y, por lo tanto, es del mismo color político que el gobierno municipal de Barcelona, ha declarado públicamente en varias ocasiones la necesidad de proteger el arbolado urbano. De hecho, lo hizo en referencia a una actuación similar prevista en Madrid, donde se quiere talar una arboleda en el marco de las obras de prolongación de la L11 del metro madrileño, cuando afirmó que los árboles "son fundamentales en los entornos urbanos, y más los árboles maduros". "No es posible sustituir un árbol maduro crecido con muchos años a sus espaldas y con una dificultad objetiva para ser trasplantado por árboles pequeñitos y jóvenes", añadió la ministra.
Según la plataforma vecinal, ni el Ayuntamiento ni el Govern han considerado aceptables ninguna de las alternativas de utilizar espacio ferial o espacio dedicado al tráfico viario, con argumentos contrarios a buscar soluciones a la emergencia climática o la crisis de salud pública por la mala calidad del aire, y por eso reprochan a las administraciones catalanas que den "prioridad a la circulación de vehículos por encima del espacio verde; no consideran la salud ni el bienestar de la población; no tienen en cuenta el factor medioambiental que tanto impacta en el vecindario; solo valoran el coste económico directo de las obras sin contabilizar los costes en salud y el bienestar social, y cuantifican solo el impacto en CO₂ y en ningún momento se evalúa la necesidad de disponer de zonas con buena calidad del aire (libres de NO₂)".
Es por eso que la Plataforma Salvem el Parc Joan Miró pide a la ministra Ribera que se reúna con el vecindario en la zona afectada y que aporte su mediación para conseguir salvar el parque, al mismo tiempo que recuerdan que las obras previstas implican perder uno de los pocos refugios climáticos del Eixample y tendrá un impacto negativo destacado sobre el vecindario y los equipamientos educativos próximos al parque, como la escuela Joan Miró, el instituto Ernest Lluch y la biblioteca Joan Miró.