La plaza se ha despertado este viernes con una sorpresa mayúscula. El artista francés James Colomina ha colocado "sin permiso" del Ayuntamiento de Barcelona una escultura contra el esclavismo en el mismo espacio donde antes se encontraba la estatua de Antonio López, que fue retirada en mayo del 2018 por su pasado esclavista. Colomina ha explicado en un comunicado este viernes que se trata de una acción reivindicativa con motivo del aniversario de la abolición de la esclavitud en el estado español, que se celebrará el próximo 30 de enero. Fuentes municipales han confirmado a Europa Press que el artista no tenía permiso municipal para instalar la escultura, aunque han añadido que, de momento, la dejarán donde está "como otras muestras de arte efímero que se hacen en la ciudad".
La obra se llama Humanidad y presenta dos figuras rojas que se abrazan: un oso de peluche y el niño que hay en el interior de cada adulto, según el artista. "Es como un símbolo de la relación positiva entre la diferencia donde el color de la piel, el género, la raza y la religión serían percibidos como una riqueza", ha añadido Colomina. El pasado esclavista de Antonio López ha motivado al artista a colocar la nueva obra en el sitio de la vieja, que fue retirada también por este motivo hace unos cuatro años. De hecho, este trasfondo también ha motivado el cambio de nombre de la plaza, que se llamará finalmente Idrissa Diallo, en honor al joven que murió en el CIE de Barcelona en 2012.
Los cambios en la plaza
Fue en junio del 2021 cuando el Ayuntamiento de Barcelona aprobó el cambio de nombre de la plaza, que no se dirá más como el esclavista y se acabará dividiendo en dos: el lado Llobregat de la Via Laietana, plaza de Correus; el lado Besòs, plaza de Idrissa Diallo. Si bien esta modificación tiene que ser inminente, es verdad que el concejal de Memoria Democrática, Jordi Rabassa, ya aseguró sería oficial "antes del verano" del año pasado. En cualquier caso, se desencalló después de que la propuesta renombrar el espacio como el joven que perdió la vida en el CIE de Barcelona recogiera más de 15.000 firmas.
Por su parte, Colomina es un artista francés de Tolousse que instala sus obras en la calle de manera "teatralizada para interactuar con el público". "A menudo se sitúan en sitios emblemáticos y crean un contraste entre el lugar, la obra y el mensaje que transmiten. Hipersensible por naturaleza ante las noticias que considera crueles, James sintió la necesidad de crear obras significativas, y de expresar a través de ellas la ironía de la condición humana", explica en su sitio web. "Deplora en su especie una soledad inexorable, una facilidad para ser manipulado, una cierta inclinación a la autodestrucción y la intolerancia y le gusta pensar que sus esculturas molestan. Impactar de una manera poética constituye, pues, un medio de cuestionar y de provocar reacciones", concluye.