El belén del Ayuntamiento de Barcelona para esta Navidad lleva suficiente ritmo como para convertirse en el más polémico de las últimas décadas, en clara competencia con el célebre butanero que apareció en el pesebre del año 2004, bajo el mandato del alcalde Joan Clos. Más allá del hecho de que el mismo ayuntamiento considera que este año no hay realmente un belén, sino una instalación artística y que el coste ha sido el más alto de los últimos años, con un precio de casi 200.000 euros -de los cuales, además, la Generalitat ha aportado 22.000 por la instalación de la silueta de la mula en la fachada del Palau-, el retroceso que se tuvo que improvisar el martes fue el punto de inflexión que permitió pasar a la definición de chapuza, con todas las letras.

Las siluetas de la mula y el buey, que tenían que estar formadas por láminas flexibles de PVC, fueron sustituidas a toda prisa por tubos de iluminación led, una vez comprobado que, por "razones técnicas y climatológicas", según señaló el mismo consistorio, su instalación era mucho más complicada de lo que parecía en un buen principio. Tanto es así que la mula no se acabó de instalar del todo mientras que las láminas del buey quedaron todas enroscadas y, además, quedaron estropeadas por la lluvia y el viento de los últimos días.

La prueba del render

Con respecto a la iluminación de las calles Sant Jaume y Ferran, que tenía que conformar un recorrido de medio kilómetro por donde se van diseminando los diferentes personajes tradicionales del belén, hay suficiente con hacer la prueba del render, es decir, comparar la imagen virtual que se suministró en el momento de la presentación de la instalación con lo que los ciudadanos pueden ver estos días.

Esta es la imagen virtual del belén/instalación artística en la calle Ferran, a la altura de la calle de la Ensenyança:

Imatrge virtual del belén / AjBCN

Y esta es la imagen real:

Imagen real del belén / Sergi Alcàzar

La diferencia salta a la vista, ya que en realidad, en el sector donde debía haber una decena de figuras hay nada más tres, algunas de las cuales no parecen tener dirección directa con Navidad. La luz es mucho más mortecina y no contrasta con el supuesto amarillo que tenía que iluminar el fondo, mientras que la iluminación de la calle -quizás el único aspecto mínimamente logrado aunque sólo es eso, iluminación- no está formada por estrellas de diferentes tamaños, sino simplemente de bolas de luz blanca.

I así tenía que ser el buey en tres fases: proyecto, láminas y tubos de led:

Imágenes: AjBCN / Jordi Palmer / Sergi Alcàzar

¿El belén de Colau, candidato a meme del tipo 'cuando lo pides a Ali Express y cuando lo recibes en casa'? Más bien sí.

 

Imagen principal: La instalación artística en la calle Ferran / Sergi Alcàzar