Las obras de restauración del Salón Sant Jordi en el Palau de la Generalitat están aportando un descubrimiento extraordinario: las pinturas renacentistas originales. Después del inicio de la retirada de las pinturas que cubren las paredes y el techo del salón, que empezó el 2 de mayo, se ha revelado una auténtica joya artística. Josep Girabal, subdirector general de obras y servicios del Departamento de la Presidencia, ha remarcado la importancia de este espacio emblemático, construido en 1596 y que requirió 21 años de dedicación para su construcción. Girabal ha afirmado que el objetivo de la intervención es fortalecer los valores de la arquitectura renacentista, y se prevé que, el 28 de diciembre, todas las pinturas sean retiradas a fin de que, en agosto del 2024, el Salón Sant Jordi recupere la esencia del espacio renacentista después de una segunda fase de trabajos.
El proyecto de restauración del Salón Sant Jordi se inició en el 2019 y fue desarrollado según los criterios establecidos por una comisión de expertos encargada de determinar las tareas que se tenían que realizar. El Departamento de Cultura ha jugado un papel fundamental, ofreciendo orientación sobre la manera de trabajar con las pinturas, así como sobre su proceso de retirada y conservación. Las pinturas que actualmente se están retirando ocupan un área de más de 850 metros cuadrados. Concretamente, se trata de 24 pinturas de gran formato situadas en las paredes, así como de 45 pinturas más pequeñas en el techo y la cúpula del Salón Sant Jordi. La empresa encargada de esta tarea es Urcotext, que asumió el proyecto con un presupuesto de 1,9 millones de euros.
Girabal ha explicado que el objetivo es concluir la retirada de todas las pinturas a finales de año. A continuación, se llevará a cabo una segunda fase de trabajos que consistirá en la adecuación provisional de los menajes mediante un revestimiento de fieltro, a fin de que el Salón Sant Jordi recupere la esencia del espacio renacentista.
Uno de los descubrimientos más fascinantes que se han hecho durante este proceso es la revelación de restos de obras renacentistas originales, que se remontan en la época de la construcción del salón entre los años 1596 y 1617. Aunque la Generalitat ya tenía conocimiento de la existencia de estas pinturas, ahora se ha descubierto el alcance y la magnitud de estas obras. El futuro de las pinturas será determinado por los especialistas en patrimonio, que tomarán las decisiones pertinentes con respecto a su tratamiento y conservación. Es importante destacar que estas pinturas originales tienen un valor inmenso. Actualmente, se encuentran en proceso de retirada las pinturas realizadas el año 1926, que se añadieron durante la dictadura de Primo de Rivera con el fin de decorar el Salón Sant Jordi.
Girabal ha subrayado que el proyecto ha seguido los criterios establecidos por la comisión de expertos, que estableció que la intervención tenía que ser reversible. Eso implica que las pinturas retiradas se tienen que conservar por si en el futuro un museo desea recuperarlas. No obstante, en el caso de las pinturas sobre las paredes, esta conservación no es posible. Así pues, se plantea una decisión crucial: restituir las pinturas renacentistas originales o mantener las decorativas de 1926. Girabal cree firmemente que las pinturas renacentistas tienen un valor mucho más elevado que los de 1926.