Seis años después, Felipe VI vuelve a la sala de plenos del Ayuntamiento de Barcelona. Un pequeño retrato del monarca español ha sido colocado en la sala de plenos "por imperativo legal y siguiendo las indicaciones de los servicios jurídicos", según ha informado el consistorio.
Se da cumplimiento así a una sentencia del Tribunal Supremo que fuerza a todos los ayuntamientos a poner una fotografía de Felipe VI en las salas de plenos en virtud de una normativa estatal que está por encima de cualquier reglamento municipal.
En una pared lateral
El retrato de Felipe VI en ningún caso preside la sala de plenos. Se ha colocado en una pared lateral y queda de cara a la bancada donde se sientan los concejales de los grupos de Esquerra Republicana, Ciudadanos y el PP. No pueden ver la fotografía los representantes de BComú, el PSC, Junts y Barcelona por el Cambio, a los cuales les queda de espaldas. Desde la presidencia de la sala de plenos, la alcaldesa Ada Colau tampoco tiene visión directa de la imagen del monarca.
Hacía seis años que no había ninguna imagen de la familia real española en la sala de plenos. El 23 de julio de 2015, el primer gobierno de Ada Colau retiró el busto del rey Juan Carlos I argumentando que ya no era jefe de estado. La Delegación del Gobierno recurrió la decisión ante los tribunales y en marzo de 2018 un juzgado de Barcelona ordenó al Ayuntamiento colocar el retrato del Rey "en un lugar preferente y de honor de su salón de plenos".
Sentencia del Supremo
El gobierno municipal presentó un primer recurso al TSJC, que fue desestimado, y otro en el Tribunal Supremo, que en última instancia ha obligado al consistorio a poner el retrato de Felipe VI. El Supremo, en su sentencia, sostiene que el artículo 85.2 del Reglamento de Organización y Funcionamiento de las Entidades Locales, dispone que "en un lugar preferente del salón de sesiones estará colocada la efigie del rey". Para el alto tribunal, la norma deja claro que "tiene que estar presente el símbolo de la forma política del Estado, haciéndose visible que el poder local se ejerce con coherencia con esta forma política".
Durante los primeros plenos de este mandato, el líder municipal del PP, Josep Bou, llevó un retrato del rey a cada sesión. Al haber sentencia firme, Bou había reclamado su cumplimiento. Según Bou, "al fin y al cabo es la imagen del jefe del estado, y el Ayuntamiento de Barcelona también es Estado. Aquí no hay política, aquí hay legalidad".