La caravana españolista que tenía que recorrer la Via Laietana para expresar su apoyo a la policía española y su permanencia en la jefatura de la Via Laietana se ha limitado justo a cuatro coches que, eso sí, han dado una vuelta considerable para pasar varias veces por el mismo escenario en una contramanifestación españolista que nada más ha reunido a una treintena de manifestantes de ultraderecha reunidos bajo el paraguas de una entidad denominada Mí Barrio Seguro, que ya se intentó infiltrar en manifestaciones vecinales, pero que en realidad no es más que una marca blanca de Vox. A modo de ejemplo, la pancarta que encabezaba la escasa la manifestación la sostenían, entre otros, Miguel Martínez Velasco y Manuel Martínez Díaz, respectivamente, consejeros de distrito de Vox de Sants-Montjuïc y Sant Martí. Por si había ninguna duda de la conexión entre Mí Barrio Seguro y Vox, uno de los integrantes de la 'caravana', en funciones de copiloto, ha sido el concejal del Ayuntamiento Gonzalo de Oro-Pulido.

🔴 Manifestación y cargas policiales en Ferraz, DIRECTO | Última hora en Madrid
 

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El concejal Gonzalo de Oro Pulio ha participado en la caravana de coches / Foto: Miquel Muñoz

Separados por el tráfico de la Via Laietana, que no se ha podido cortar precisamente para asegurar el paso de la caravana de cuatro coches, unas trescientas personas se han reunido en la habitual concentración de los martes convocada por la Comissió de la Dignitat y la Assemblea Nacional Catalana, que no desfallecen en la exigencia de convertir la siniestra Prefectura de policía en un memorial que recuerde las torturas practicadas entre sus paredes hasta tiempos recientes. Ahora bien, aunque la concentración españolista estaba convocada para contraprogramar la manifestación contra la permanencia de la Jefatura, ni la una ni la otra han podido rehuir el actual contexto político, con las negociaciones para la investidura con la amnistía sobre la mesa.

Tanto es así que entre el intercambio de gritos, los manifestantes de ultraderecha no se han privado de proferir gritos contra Carles Puigdemont y la posibilidad que la amnistía le permita retornar a Catalunya. De hecho, el intercambio de gritos entre las dos manifestaciones ha sido la constante de las dos concentraciones, convenientemente separadas en sendas aceras de la Via Laietana -la del lado Llobregat, es decir, la de la jefatura, para los españolistas de ultraderecha y la del lado Besòs, para los independentistas defensores de la conversión de la prefectura en espacio de memoria. En medio, además de un carril abierto al tráfico, dos hileras de Mossos d'Esquadra -sin material antidisturbios- se han asegurado de que no hubiera contacto entre las dos concentraciones.


Por eso mismo, aunque en algunos momentos ha habido cierta virulencia de los gritos, no ha habido contacto entre ningún momento, ni escenas de tensión con la policia como las que se están viviendo estos días en Madrid. Eso sí, en el marco de la remodelación de la Via Laietana, al menos cuatro personas han tropezado con los separadores del nuevo carril bici, todas pertenecientes al lado independentista. En todo caso, después del canto de los Segadors, entre abucheos de los españolistas, las dos concentraciones se han disuelto cada una por su lado. De los coches de la caravana, tampoco se ha sabido nada más.