El 24 de septiembre del 2017, solo una semana antes del referéndum del 1 de Octubre, Xavier Brull, un gran apasionado por la historia, hizo una compra muy curiosa en un mercado de Igualada. Se trataba de una placa de calle metálica, esmaltada en azul y con letras blancas y con un mensaje muy contundente, más teniendo en cuenta el estado de excitación política que vivía Catalunya en aquel momento: Plaça de la República. Se lo pensó un poco, pero no mucho, y al final compró la placa, y con ella, un fragmento de una historia rocambolesca que lo impulsó a tirar del hilo para llegar, con el tiempo, a una conclusión sorprendente: tenía en sus manos la placa que se puso en la plaza de Sant Jaume el día que Francesc Macià proclamó la República, el 14 de abril de 1931.
Vamos por partes. La plaza de Sant Jaume de Barcelona ha tenido tres nombres históricamente, el dedicado al santo, el de plaza de la Constitución y el de plaza de la República. Este último fue oficial entre el 24 de abril del 31 hasta el 7 de marzo de 1939. Ahora bien, cuando Brull compró la placa, el vendedor le explicó que esta correspondía "a una plaza de Sants" y que se había recuperado de un vertedero del mismo barrio en algún momento de finales de enero del 39, cuando entraron las tropas franquistas, y acabó escondida en el Tarròs (municipio de Tornabous, comarca de Urgell), localidad natal de Lluís Companys.
Brull, natural de l'Ametlla de Mar y residente en Cerdanyola del Vallès, quiso ir un poco más allá e investigar la procedencia y la autenticidad de la placa. Según relata a ElNacional.cat, tan pronto como llegó a casa con la placa empezó a buscar la "plaza de la República del barrio de Sants, y mi gran sorpresa fue descubrir que se trataba de la plaza de Sant Jaume". De hecho, históricamente no ha habido ninguna plaza de la República en Sants -ahora sí que hay una en Nou Barris-, pero sí que fue el nombre de la plaza de Sant Jaume durante la II República.
Ante esta aparente contradicción, Brull se ha dedicado a investigar en lugares como el Arxiu Nacional de Catalunya, el Arxiu Contemporani del Ayuntamiento de Barcelona y el Arxiu Fotogràfic de Barcelona, consultando documentos y fotografías para llegar a una conclusión, o cuando menos, una hipótesis histórica plausible, según la cual la placa que compró en Igualada vivió el momento histórico de la proclamación de la República en Barcelona. Según Brull, la placa se encargó desde la sede de Esquerra Republicana de Catalunya, que se fundó el 19 de marzo de 1931 en la sede del Foment Republicà de Sants, en la calle Cros y se colocó el 14 de abril en la plaza de Sant Jaume en el contexto de la proclamación de la República.
"Esta placa se hizo de atrezzo para proclamar la República", sostiene Brull, que sustenta la afirmación en las fotografías que se conservan de la proclamación de la República Catalana -proclamación que se aguó posteriormente para quedar en Generalitat de Catalunya-, demuestran que, cuando Francesc Macià hizo la proclamación desde el balcón del Palau de la Generalitat, en el fondo, justo por debajo de su codo, se ve la placa, en la esquina con la calle de la Llibreteria, donde ahora hay una tienda de souvenirs. La calidad de las fotos no permiten certificar al cien por cien que se tratara de una placa como la que ahora es propiedad de Brull, pero tampoco son determinantes en sentido contrario y más bien invitan a leer que en la placa, efectivamente, ponía República, en letras blancas sobre fondo oscuro, y no Constitución, que era el nombre en aquel momento. Otro elemento de apoyo a la hipótesis es que no fue hasta el 24 de abril que se decidió cambiar el nombre de manera oficial y no será hasta agosto del año siguiente que se armonizarán todas las placas, en su formato habitual de mármol blanco con letras negras.
Brull apunta la posibilidad de que el fotógrafo Josep Domínguez, autor de las imágenes más conocidas de la jornada, estuviera detrás de la operación. Domínguez se encargaba de fotografiar los actos protocolarios del Ayuntamiento de Barcelona y posteriormente hizo lo mismo en la Generalitat de Catalunya, por lo tanto, encajaría que alguien llevara la placa desde la sede de ERC en Sants y la colocara en un día tan especial, para retirarla posteriormente y devolverla a la sede de los republicanos. "Cuando llegó el 1939, la placa estaba allí y alguien la tomó porque estaba muy bien conservada", de lo contrario, la placa habría sido destruida o, quizás, trasladada como botín de guerra al controvertido Archivo de Salamanca.
Rescatada la placa de Sants antes de que fuera estropeada, alguien la escondió durante años en el Tarròs, y se le pierde la pista hasta que aparece en un mercado de Igualada y acaba en manos de Brull. Un periplo que, en todo caso, cierra un círculo histórico que, resumido, empieza en la sede de ERC en Sants, donde se adquiere la placa, que es trasladada con finalidades propagandísticas a la plaza de Sant Jaume el 14 de abril y salir en una fotografía histórica para posteriormente volver a Sants y después pasar años escondida. Esta, en todo caso, es la hipótesis de Brull, pero lo cierto es que la placa existe y que el relato histórico encaja. Por lo tanto, quizás sí que Francesc Macià proclamó la "República Catalana dentro de una federación de Repúblicas ibéricas" con la placa de Brull al fondo.