La construcción del templo expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona va a velocidad de crucero. Una vez recuperado el número de visitas que cayó en picado por la pandemia de la Covid y, por lo tanto, recuperada la principal fuente de financiación, la Junta Constructora anunciaba el marzo pasado que el año 2025 se acabaría la torre más alta, la de Jesús, y todos los esfuerzos se trasladarían a trabajar en la fachada de la Glòria, la situada en la calle Mallorca, con la previsión de terminar toda la iglesia en una década. Con todo, esta fachada tiene un escollo importante, su acceso, que a causa de la diferencia de cota del solar donde se construye, queda unos metros por encima del nivel de la calle.

La intención de la Junta Constructora ha sido siempre la de construir una monumental pasarela que pasaría por encima de la calle Mallorca y facilitaría el acceso desde el otro lado de la calle. Se trata de un proyecto que el templo considera inherente a la misma Sagrada Familia y diseñado por Antoni Gaudí, y por lo tanto siempre se ha mostrado dispuesto a llevarlo a cabo. Ahora bien, hace falta tener en cuenta que este proyecto incluye, en primer lugar, una ocupación significativa de la vía pública más allá del solar de la Sagrada Familia, y, en segundo lugar y mucho más importante, el hecho de que al otro lado de la calle hay edificios de vecinos.

Planta de la Sagrada Familia según diseño atribuido a Gaudí, en la parte inferior se ve como un puente supera la calle Mallorca y desemboca en una monumental escalinata

El conflicto entre el templo y los vecinos afectados por la construcción de la escalinata hace décadas que dura, al menos desde que a principios de los años setenta se construyó justo en frente un edificio residencial, mientras que el Plan General Metropolità (PGM) de 1976 afectó a buena parte de los edificios con la vista puesta a abrir una gran avenida delante de la que tendría que ser la entrada principal de la Sagrada Familia. Con todo, este conflicto ha estado latente durante años, mientras las obras se eternizaban, pero a medida que se acerca el momento de la verdad, se hace más evidente que hay que llegar a una solución que implique a todas las partes, es decir, el Ayuntamiento de Barcelona; los vecinos, representados por la Associació de Veïns i Veïnes Sagrada Família y la Associació de veïns afectats per la construcció del temple de la Sagrada Família, y la Junta Constructora de la Sagrada Familia.

 

Con el objetivo de encontrar una solución de consenso, en marzo de 2020 se constituyó el Grupo de Trabajo Sagrada Familia, con participación de las tres partes implicadas, donde se fijaron como objetivos la garantía del derecho a la vivienda, la mejora de dotaciones del barrio, la reducción de los impactos negativos del turismo y la definición del final de las obras. Con todo, la pandemia de la Covid paralizó el funcionamiento del Grupo de Trabajo que ya no se ha vuelto a reunir más. Sin embargo, vecinos y ayuntamiento siguieron trabajando en proyectos de futuro y en febrero del 2022 estos se materializaron en hasta tres propuestas de trabajo que hasta hace pocas semanas eran desconocidas por el gran público pero que la misma asociación de vecinos de la Sagrada Familia ha dado a conocer en su boletín informativo. Se trata de tres propuestas que parten del PGM vigente y que fueron presentadas por el anterior gobierno municipal bajo la petición de un compromiso de confidencialidad que, con el cambio de gobierno municipal, ya ha quedado superado.

El punto de partida, ¿qué dice el PGM?

El PGM de 1976 es el marco a partir del cual se tiene que encontrar una solución por la vía, con toda probabilidad, de una MPGM, es decir, una Modificación del Plan General Metropolitano que se tendría que aprobar inicialmente en el plenario municipal y definitivamente en la Subcomisión de Urbanismo de Barcelona, que es un órgano de la Generalitat. En todo caso, el PGM dibuja una propuesta de máximos que incluye la apertura de una gran avenida en el lado mar de la Sagrada Familia entre las calles Mallorca y Aragó que mantendría edificios en los laterales de las calles Sardenya y Marina. Esta propuesta de máximos permitiría que el templo tuviera espacio para construir la escalinata prevista, pero al precio de afectar 1.020 viviendas. De hecho, se prevé la construcción de 644 nuevas viviendas, cosa que produciría un déficit de 376.

El Plan General Metropolitano (PGM) prevé la creación de una gran avenida en el lado mar de la manzana ocupada por la Sagrada Familia (la manzana central en azul) que atravesaría dos manzanas del Eixample, hasta la calle Aragó (en amarillo)

Primera propuesta, 171 viviendas afectadas

La primera propuesta de trabajo presentada por el anterior gobierno municipal a los vecinos supone una afectación parcial de las dos manzanas delimitadas por las calles Mallorca, Sardenya, Aragó y Marina, con la creación de dos plazas, una por encima de la calle València y otra por debajo, y una plaza de interior en la manzana adyacente de las calles Mallorca, Marina, València y Lepant, en una finca que, por el lado de la calle Mallorca podría acoger la construcción de viviendas de sustitución para los afectados. Esta propuesta también hace entrar en juego la manzana donde se sitúa la antigua Fàbrica Damm, que según el PGM tendría que acoger equipamientos. La propuesta supone afectar 171 viviendas y la construcción de 243 nuevas, con un superávit de 72.

La primera propuesta de trabajo incorpora dos plazas públicas más un interior de manzana y la construcción de nuevas viviendas para realojar a los vecinos afectados

Segunda propuesta, 92 viviendas afectadas

La segunda propuesta de trabajo todavía reduce las afectaciones y propone la creación de equipamientos en el mismo ámbito. Se trataría de un espacio donde se mantendría una plaza pública en la calle Mallorca con equipamientos, además de mantener la otra plaza y el interior de manzana previstos en la primera propuesta. El resultado sería afectar 92 viviendas y construir 96, con un superávit de 4. Se trata, pues, de una propuesta de mínimos que igualmente permitiría liberar espacio para la construcción de la escalinata.

La segunda propuesta reduce las afectaciones e incorpora equipamientos en el entorno

Tercera propuesta, 0 viviendas afectadas

Finalmente, una tercera propuesta prevé únicamente la creación de plazas con la forma de interiores de isla que incluye también la construcción de equipamientos y que comportaría no tener que afectar a ninguna vivienda y todavía construir 144 nuevos, aunque comprometería la construcción de la escalinata. Esta tercera propuesta, así como la segunda, también prevén la posible construcción de equipamientos en la manzana de la Damm.

La tercera propuesta prevé la creación de interiores de manzana pero dificulta la creación de la escalinata

Los afectados: "Piso por piso y llave en mano"

La presentación de estos proyectos por parte de la Associació de Veïns i Veïnes de la Sagrada Familia ha supuesto "poner sobre la mesa una herramienta de negociación", según detalla Gabriel Mercadal, responsable de Urbanismo de la entidad vecinal, en declaraciones a ElNacional.cat, para señalar que la publicación de estos planos ha supuesto "una sacudida importante". De hecho, el Ayuntamiento de Barcelona ya los ha convocado a una reunión para el 23 de mayo, en un encuentro que, con todo, no incluye la presencia de la Junta Constructora. En todo caso, Mercadal recuerda que las tres propuestas suponen una reducción de "la afectación inicial de 1020 viviendas" e incluso considera que se podría empezar a hablar a partir de "la opción de que solo supone afectar a 171 viviendas".

Edificio de la calle Mallorca situado justo delante de la Sagrada Familia, el principal afectado por el proyecto de escalinata / Foto: Jordi Palmer

Más "escéptico" se muestra Salvador Barroso, presidente de la Associació de veïns afectats per la construcció del temple de la Sagrada Familia, que apunta, también en declaraciones a este medio, que su entidad apuesta por el "mínimo de los mínimos" con respecto a las afectaciones, apuntando que puede haber "soluciones sin afectaciones" y que, "en el peor caso de las expropiaciones, estas tienen que ser piso por piso y llaves en mano", es decir, que si finalmente hay que realojar residentes, lo tienen que ser en nuevas viviendas con las mismas características y que el traslado no se haría efectivo hasta que estos estuvieran completamente terminados. Barroso añade, además, que el coste de toda esta operación tendría que ir a cargo del templo. "Esto no lo tenemos que pagar ni los vecinos ni el Ayuntamiento", añade.

Laia Bonet se reunirá con los vecinos

Por su parte, fuentes del Ayuntamiento de Barcelona consultadas por este medio han confirmado que se prevé una reunión con las entidades vecinales los próximos días que encabezará la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, pero apuntando que "no hay ninguna propuesta cerrada ni acordada con respecto a la solución urbanística concreta para la Fachada de la Glòria". Es más, las mismas fuentes apuntan que las propuestas que han hecho públicas los vecinos eran "propuestas de trabajo". "El Ayuntamiento y el actual gobierno municipal las tiene y las tendrá en cuenta, junto con otras propuestas que existen, para acabar definiendo una solución para este espacio", apuntan, para añadir que el actual gobierno municipal mantiene la "voluntad de afrontar el diálogo con la Junta y los vecinos para abordar una situación de provisionalidad que la ciudad hace años que tiene pendiente" y más en un momento en que la Junta Constructora "ya ha definido una fecha de final de obras de la Basílica". En todo caso, el objetivo del gobierno municipal es el de "definir una propuesta urbanística para este entorno garantizando el derecho a la vivienda y a un espacio público de calidad en torno al templo".

La Junta Constructora se muestra "abierta al diálogo"

Finalmente, a consultas de este medio, la Junta Constructora de la Sagrada Familia ha expresado su "compromiso de hacer posible el conjunto del proyecto" como "depositarios de la obra de Gaudí". "Consideramos que este proyecto se tiene que llevar a cabo de acuerdo con el ayuntamiento y encontrando soluciones justas para todo el mundo", apuntan fuentes del templo en referencia a la construcción de la escalinata, para añadir que están "abiertos a dialogar y debatir todas las propuestas". Asimismo, señalan que ya se han mantenido dos reuniones con el ayuntamiento donde se ha hablado del calendario de finalización de las obras y han recordado que en su momento, "el anterior consistorio nos informó de que trabajaría con propuestas de posibles soluciones urbanísticas del entorno y que se crearía una mesa de trabajo con Ayuntamiento, vecinos y Junta". "Como ya hemos manifestado anteriormente, estamos abiertos al diálogo y, por lo tanto, lo valoramos positivamente", remachan las mismas fuentes.

Un rompecabezas necesitado de solución

Todo ello hace que el remate final de la Sagrada Familia, que incluye no solo la construcción de la Fachada de la Glòria, sino también la escalinata de acceso, es un rompecabezas a tres bandas necesitado de una solución, y con un calendario que, después de 142 años de construcción, se acerca a su final. Equilibrar los objetivos del templo, e incluso la necesidad de tener suficiente espacio para admirar la futura Fachada de la Glòria, con la mínima afectación a vecinos que hace décadas que residen allí y que rechazan que hubieran comprado pisos sabiendo que estaban afectados, no parece fácil, pero es evidente que, en algún momento, hará falta optar por una solución definitiva y colocar la última pieza de este rompecabezas a satisfacción de todas las partes.