A la semana siguiente de que se haya aprobado el plan de usos del Eixample y con la tensión entre los dos socios de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona supuestamente aplacada, un nuevo proyecto urbanístico amenaza con volver a encender la mecha de la disensión con la presentación del nuevo proyecto para la ronda de Sant Antoni, que en líneas generales supone mantener el proyecto presentado en noviembre con algunos cambios que Barcelona en Comú justifica como la aceptación de varias demandas vecinales, pero que no garantizan que tenga el apoyo del PSC, que hace tres meses ya mostró su disconformidad.

Hay que recordar que la reurbanización de la ronda de Sant Antoni solo cuenta con un consenso de partida unánime, la necesidad de hacer desaparecer la losa que en su día sirvió de base del mercado provisional de Sant Antoni, pero con fuertes discrepancias con respecto a qué hacer con el espacio liberado. Barcelona en Comú apuesta por una conversión en eje verde que ha tenido que limar en las últimas semanas con las entidades vecinales del Raval y de Sant Antoni, disconformes con un proyecto que incluye un carril bus, pero que han tenido que acercar posiciones para conseguir que, al menos, el proyecto salga adelante. El PSC, por su parte, mostró su oposición votando en noviembre una propuesta de paralización del proyecto para encontrar nuevos consensos con los vecinos.

Tres meses después, el Ayuntamiento ha presentado el nuevo proyecto de la mano de la primera teniente de alcaldía, Janet Sanz, y los concejales de los distritos afectados, Jordi Rabassa, de Ciutat Vella y Pau González, de l'Eixample. Según el discurso oficial, el nuevo proyecto "acepta e incorpora las peticiones vecinales", como la creación de una "comisión de seguimiento" e incorporar todo el espacio al Obrim carrers los fines de semana. En la práctica, eso quiere decir que el carril bus se mantiene en el tramo entre la calle Villarroel y Comte de Urgell, como la propuesta de noviembre, a pesar de la oposición inicial de los vecinos.  A cambio, se reformulan los espacios de carga y descarga y se pone el foco en la pacificación del eje verde de Tamarit y en la urbanización de las plazas del Dubte y el Pes de la Palla, todo ello con una ganancia de más de 1000 m² de espacio pacificado respecto del anteproyecto del noviembre pasado.

La intención del gobierno municipal es iniciar la redacción del proyecto ejecutivo con el objetivo de tenerlo terminado en marzo para adjudicar las obras en julio e iniciarlas a finales de verano, pasando primero el proyecto a aprobación de la comisión de gobierno, donde, con todo, ya cuentan con la posible discrepancia del PSC. La misma Janet Sanz lo ha verbalizado en la presentación del proyecto al recordar que "el PSC defiende la propuesta del 2018", un proyecto que implicaba el retorno del tránsito rodado. Eso sí, a menos de cuatro meses de las elecciones, una nueva fricción ya no parece importar mucho a ninguno de los dos lados.