Qué se debe hacer con los restos arqueológicos encontrados en espacios destinados a nuevas construcciones es un viejo debate que todavía no ha encontrado solución y que cuenta con defensores y detractores. En Barcelona, por ejemplo, la conservación de los restos arqueológicos aflorados en el ámbito del Mercat del Born fue objeto de polémica durante años hasta que se decidió conservarlos, pero unos metros más allá, los mismos restos encontrados durante la apertura del parking de la plaza Comercial simplemente fueron catalogados y, a continuación, destruidos. Ahora este mismo debate ha quedado abierto en Calella (Maresme), donde la construcción de un supermercado Aldi amenaza con la destrucción de los restos de una quinta romana.
En origen los hechos se remontan al año 2002, cuando se propuso hacer un jardín arqueológico en el yacimiento del Roser-Mujal, situado por encima de la carretera N-II, justo al lado del Hospital Comarcal Sant Jaume de Calella. La propuesta iba dirigida a conservar varios hallazgos que han ido sucediendo en el tiempo, pero no se ha acabado nunca de ejecutar. Ahora, las obras de construcción de un supermercado Aldi y especialmente de su aparcamiento subterráneo en el mismo ámbito han hecho aflorar nuevos restos en muy buen estado de conservación de lo que fue una quinta romana, entre los cuales todavía se puede ver claramente el arco de una puerta.
Estos restos fueron descubiertos en mayo del 2021 y de momento, la intención del supermercado de acuerdo con el Ayuntamiento de Calella es promover algún tipo de construcción que permita conservarlas, pero dentro de la zona de aparcamiento. Frente a esta posibilidad, un colectivo de vecinos ha creado la Plataforma per la dignificació de la vil·la romana de Calella, con el objetivo de defender la conservación íntegra, in situ y visibles de los restos, lo cual comportaría detener toda la construcción del supermercado. "Pensamos que este proyecto de Aldi se muestra cada vez más incompatible con los nuevos descubrimientos", señala Joan Juhé, portavoz de la plataforma, en declaraciones a elNacional.cat.
Gran valor de los hallazgos
Juhé recuerda que el proyecto de jardín arqueológico quedó aparcado y más tarde el ayuntamiento decidió soterrar los hallazgos para habilitar un aparcamiento en superficie. Posteriormente, sin embargo, un acuerdo entre los propietarios del solar y Aldi, con el consentimiento del Ayuntamiento de Calella, permitió empezar las obras para hacer el supermercado. El nuevo proyecto ya no es "un parque arqueológico", porque la previsión es la que los restos queden "a nivel menos tres, visibles con una claraboya". El portavoz apunta que con los nuevos hallazgos, el proyecto ha variado, ya que se prevé que las ruinas sean "accesibles y visitables", pero resaltan que la presencia de los hallazgos es "incompatible" con el supermercado.
De hecho, la plataforma destaca el valor arqueológico de los hallazgos, porque se trata de todo un complejo romano habitado desde el siglo I antes de Cristo hasta a principios del siglo II después de Cristo, situado en lo que entonces era "primera línea de mar", que más o menos pasaría por donde hay la actual carretera N-II. El complejo incluía un centro productor alfarero, unas termas públicas, una quinta para los trabajadores y la "quinta residencial", que es lo que ha aflorado ahora. Además, critican que no se haya hecho ninguna "exploración geofísica para saber qué hay bajo tierra". Además, lamentan que el ayuntamiento los trata con "soberbia".
Por su parte, fuentes de Aldi han apuntado a elNacional.cat que la compañía ha "valorado todas las posibilidades con relación a la conservación de las ruinas romanas encontradas en Calella" y por ello se ha comprometido a velar "siempre en el proyecto por el beneficio tanto del entorno como de los vecinos, y en colaboración con el ayuntamiento”.
Carta abierta a Pere Aragonès
Por todo ello, la última acción del colectivo vecinal ha sido enviar una carta abierta al president de la Generalitat, Pere Aragonès, para que se posicione a favor de los restos. En esta misiva, la plataforma pone en conocimiento del president Aragonès que "las obras de construcción del supermercado Aldi sobre la quinta romana del yacimiento del Roser-Mujal, en Calella, se han convertido en un espectáculo lamentable y agónico de destrucción progresiva del patrimonio histórico" y alertan de la "incompatibilidad" del proyecto de supermercado con "la preservación de los restos de una manera digna". Por eso critican la postura de la conselleria de Cultura, que aplica "el principio de la mínima afectación" y advierten que a todos los destrozos "ya previstos" se están sumando las de los nuevos hallazgos, entre los cuales hay que añadir ahora "la fachada norte de la villa, que conserva todavía una puerta con su arco".
"La alegría del descubrimiento ha quedado enseguida rota por el hecho de que, según los planos, tanto estos restos como otros que se puedan encontrar alrededor quedarán enterrados bajo toneladas de hormigón", continúa la carta, que asegura que según los planos de construcción de Aldi, "lo que quede de la quinta quedará encajonada en una sala subterránea, llena de columnas de hormigón y dentro de un espacio tan exiguo que la fachada quedará casi enganchada a la pared". "No es que se pierda la perspectiva: es que el exterior de la fachada difícilmente se podrá contemplar, cosa que se convierte también en una afectación y no mínima", añaden.
Por todo ello, los firmantes de la carta reclaman a Aragonès "un acto valiente y de compromiso con el patrimonio, que paréis las obras". La plataforma pide que se ponga fin a "este proyecto absurdo" y que se recupere la idea del jardín arqueológico público. A la carta abierta se han adherido, entre otros, los exalcaldes de Calella Josep Basart y Josep Maria Juhé; el vicerrector de Patrimoni Cultural de la UB, Agustí Alcoberro; los escritores Julià de Jòdar y Anna Maria Villalonga; el exalcalde de Girona y catedrático emérito de la UdG, Joaquim Nadal; el director del ICAC, Josep Maria Palet; el director técnico del ICRPC, Joan Bosch; el filósofo Josep Maria Terricabras; la lingüista Carme Junyent, y el periodista Enric Calpena, además de un gran número de arqueólogos e historiadores.
Para los promotores de la campaña para parar las obras, puesta en marcha el viernes pasado, es importante destacar que a causa de los nuevos hallazgos las obras están puntualmente paradas, y por eso indican que, antes de estropear más patrimonio, "es el momento de detenerlo todo definitivamente y encontrar una salida entre todos los agentes implicados". La propuesta de este colectivo es abandonar el proyecto de edificación y apuntan que hay soluciones como la permuta de terrenos, como se ha hecho en otros municipios. "Queremos transmitir a las generaciones futuras un tesoro del que puedan disfrutar plenamente, un monumento que dignifique al mismo tiempo el pasado y el presente de esta ciudad", concluye el colectivo.