Después de la inauguración, el pasado 8 de diciembre, de la torre de la Virgen, la Sagrada Familia aprieta el acelerador de cara a una finalización de obras cada vez más próxima aunque la irrupción de la covid ha obligado a dejar en el aire la promesa de acabar la obra en el 2026, con ocasión del centenario de la muerte de Antoni Gaudí y aprovechando la capitalidad de la arquitectura de Barcelona. Según ha comunicado la Junta Constructora del templo expiatorio, la intención es terminar este mismo 2022 dos nuevas torres, las correspondientes a los Evangelistas Lúcas y Marcos, y elevar la torre de Jesús -la que será la construcción más alta de Barcelona- tres niveles más.

Estos planes parcialmente ya se habían avanzado, ya que en la presentación de la coronación de la torre de la Virgen ya se puso sobre la mesa la finalización de la torre de San Lúcas durante el primer trimestre de este año, cosa que comportaría que la inauguración sería prácticamente inminente en las próximas semanas. A aquella previsión se suma ahora la de acabar también la de San Marcos este mismo año y avanzar en la de Jesús con una intención también calendarizada, finalizarla en 2026, eso sí, advirtiendo que la finalización de esta torre "dependerá del progreso de la previsión de visitantes". Y es que la bajada de visitantes, principal fuente de financiación de las obras, ha sido una golpe duro para la continuación de las obras, que en la actualidad a duras penas se recupera.

Recreación del pomo central de las torres de la Sagrada Familia / Sagrada Familia

Además, desde las obras del templo se ha indicado también que este mismo año se iniciarán también las necesarias obras de conservación y limpieza de la centenaria fachada del Nacimiento, la más antigua de todas, bastante oscurecida por el paso del tiempo

La Fachada de la Gloria, la asignatura pendiente

Con la culminación este año de dos de las cuatro torres de los evangelistas, sólo quedarán pendiente las otras dos, dedicadas a San Juan y San Mateo y acabar la de Jesucristo para cerrar el pomo central. Una vez alcanzado este hito sólo quedará pendiente la fachada más complicada de todas, la de la Gloria.

El problema principal de esta fachada, que tendría que ser la entrada principal y da a la calle Mallorca, es que aunque la obra constructiva en vertical, incluidas cuatro torres más, está aprobada y sólo pendiente de financiación, la dificultad radicará en culminar el acceso a la puerta, que queda por encima del nivel de la calle y que, de llevarse a cabo el proyecto de una monumental escalinata, tendría que comportar la expropiación de las viviendas de delante para poder hacer la escalinata o rampa de acceso. Un hecho que todavía no está resuelto y que cuenta con la oposición vecinal, aunque la Junta Constructora no piensa renunciar a ello.