Si hay un tema espinoso en todo lo que rodea la construcción y finalización del templo expiatorio de la Sagrada Familia, este es el remate final de la fachada de la Glòria, no en su verticalidad, sino en el acceso desde la calle. Hay que tener presente que por el desnivel entre las calles Provença y Mallorca, la que tiene que ser la puerta principal de la basílica queda elevada varios metros sobre el nivel de la calle y que la intención de la Junta Constructora siempre ha sido la de construir una escalinata de acceso. De hecho, en diciembre pasado, con ocasión de la inauguración de la torre de la Virgen, el presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, fue tajante: "No renunciaremos a la escalinata de la calle Mallorca".
Este jueves, en la presentación de las novedades para los próximos meses, entre las cuales destaca la finalización de las torres de los evangelistas Marcos y Lucas a finales de este 2022, el director general de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Xavier Martínez, ha especificado que el templo tiene "licencia para construir todo lo que hay desde el límite del solar en vertical", pero con respecto al conflicto con los residentes de los edificios de la calle Mallorca, ha atribuido al Ayuntamiento una falta de diálogo que también ha sido denunciada por los vecinos: "No podemos aportar más información que la que ustedes ya conocen," ha señalado Martínez dirigiéndose a los medios de comunicación, para añadir que a principios de 2020 "tuvimos una primera reunión con Ayuntamiento y vecinos, pero la pandemia truncó la mesa de trabajo". "Estamos a la espera de que el Ayuntamiento nos vuelva a convocar", ha señalado.
"Desde entonces, no hemos tenido más contacto con los vecinos", ha añadido Martínez, dando por bueno que la paralización de las negociaciones es responsabilidad, en todo caso, del gobierno municipal, a pesar de que, como ha señalado el arquitecto director, Jordi Faulí, más allá de los trabajos en la verticalidad de la fachada de la Glòria, "queda pendiente la parte del nártex en que Gaudí previó", es decir el pórtico que tiene que rematar la entrada principal y que desde la Junta Constructora siempre se ha atribuido a diseños originales de Antoni Gaudí y que prevé la posibilidad de derribar algunos de los edificios de delante, que actualmente están afectados por el Plan General Metropolitano.
Los vecinos, hartos del Ayuntamiento
Hay que recordar que los vecinos hace años que batallan para evitar que se lleve a cabo un proyecto que amenaza con expropiar, en su versión más amplía, hasta 3.000 familias del Eixample. De hecho, el pasado mes de junio, las dos asociaciones implicadas, la Associació de Veïnes i Veïnes de la Sagrada Família y la Associació d'Afectats per la construcció de la Sagrada Família hicieron una doble petición, por una parte, la paralización de las obras, que ha sido desatendida, y por la otra, exigir al gobierno municipal la reactivación de las negociaciones para encontrar una salida al conflicto, precisamente en un momento en que, según las entidades vecinales, ya había posibles soluciones sobre la mesa, que evitarían las expropiaciones o al menos las limitarían al mínimo. Por lo que respecta a la Junta Constructora, que no se haya avanzado en la cuestión, sigue siendo responsabilidad del ayuntamiento, pero tampoco se formula ninguna propuesta que no implique dar salida al proyecto atribuido a Gaudí.