La construcción de la escalinata de acceso a la fachada de la Glòria es el punto más espinoso de la construcción del templo expiatorio de la Sagrada Familia y un escollo que se puede llegar a alargar hasta más allá de la finalización de la basílica como tal. A causa del desnivel del terreno, la puerta de la futura fachada de la Gloria queda elevada varios metros sobre el nivel de la calle y la Junta Constructora prevé salvarlo con una escalinata que atravesaría la calle Mallorca. De hecho, el templo sostiene que se trata de un diseño del mismo Antoni Gaudí, que previó la construcción de un paso elevado sobre la calle, pero de momento, no se ha llegado a ninguna solución, pero la situación se podría empezar a desencallar a principios de año.
La cuestión es que la construcción de la escalinata comportaría el derribo de los edificios que quedan justo en frente, o al menos uno de ellos, lo cual cuenta con la oposición de los vecinos, que reclaman una solución al acceso que no les afecte y que les dé la seguridad que no perderán sus viviendas. Aunque sobre la mesa está la posibilidad de construir nuevas viviendas en solares próximos, el hecho es que hace años que se mantiene una pugna entre la Junta Constructora, que no renuncia a la escalinata, y los vecinos, representados por la Associació de Veïns de la Sagrada Família y, especialmente, la Associació d'Afectats per la construcció de la Sagrada Família.
Con la intención de encontrar una solución consensuada, a principios del año 2020 se celebró una primera reunión a tres bandas, con representantes del templo, de los vecinos y del Ayuntamiento de Barcelona, pero la llegada de la pandemia congeló esta apuesta por el diálogo, que de momento no se ha reanudado, cosa que hace que la situación continúe atascada aunque las partes han mostrado últimamente la intención de trabajar en una solución. El pasado 19 de septiembre, en el marco de la presentación de las novedades del templo, el director general de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Xavier Martínez, aseguró que estaban "a disposición del Ayuntamiento para reunirnos y hablar del asunto", apuntando, eso sí, cuál sería su punto de partida: "Antoni Gaudí diseñó en su día la escalinata y es una parte que no renunciaremos". Poco más tarde, el alcalde Collboni apuntó que se abriría al diálogo para resolver el conflicto.
Reunión con Laia Bonet en enero
Esta situación sin embargo, ha dado un vuelco este viernes, cuando el consejero delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Esteve Camps, en declaraciones en 'betevé', ha asegurado que ya hay programada una reunión con el gobierno municipal de cara a enero. Será la primera reunión entre el ejecutivo Collboni y el templo y, de momento, será solo a dos bandas, sin contar con los vecinos, ya que Camps ha anunciado que el encuentro será con la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, para afrontar la cuestión. El consejero delegado de la Junta Constructora se ha mostrado convencido de que con el nuevo gobierno municipal "llegaremos a acuerdos igual que lo hicimos con el antiguo consistorio".