La Guardia Urbana impedirá llegar o salir de la playa atravesando el barrio de la Barceloneta mañana, la verbena de Sant Joan, y sólo se podrá acceder sin vehículo privado por los extremos, con controles de aforo y sin alcohol ni equipos de música, aunque los quioscos de playa estarán abiertos hasta las 3.30h.
Solo se permitirá la entrada en los dos extremos de la playa, por el Hospital del Mar y el Club de Natació Atlètic Barceloneta, para evitar que se cruza el barrio para entrar y salir de la arena y reducir así las molestias a los vecinos.
Además, en la zona litoral se impedirá el estacionamiento indebido de caravanas, autocaravanas, furgones y otros vehículos que se puedan utilizar para posibles acampadas, o bien como almacenes de bebidas para abastecer a los vendedores ambulantes, o bien como elementos de pernocta.
Colau hace un llamamiento al respecto
La alcaldesa Ada Colau lo ha anunciado en la rueda de prensa de presentación del dispositivo de seguridad y limpieza para la verbena de Sant Joan a toda la ciudad, en el que se movilizarán 350 efectivos de la Guardia Urbana, 104 bomberos y 2.278 de limpieza.
Aparte, también habrá un refuerzo específico dentro del barrio para sancionar conductas en contra del descanso vecinal. En las playas también estará el apoyo de 24 informadores de 20h a 3h.
Con respecto al estacionamiento del Paseo Marítimo de la Nueva Icària y del Paseo Marítimo del Bogatell entre Arquitecte Sert y Llacuna, y las antiguas explanadas destinadas al estacionamiento de vehículos correspondientes a las playas de Nova Marbella y Levante estarán cerradas para evitar el estacionamiento de vehículos, excepto una zona reservada para movilidad reducida.
"No permitiremos el descontrol en las playas de Barcelona", ha subrayado la alcaldesa, que ha reconocido que está habiendo "abusos" y ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para que "respete el uso colectivo de la playa y el descanso de los vecinos" cualquier noche, no sólo la de Sant Joan.
Los vecinos de la Barceloneta reclaman el cierre de playas
Esta decisión llega después de que los vecinos de la Barceloneta reclamaran el pasado lunes el cierre de las playas de Barcelona, y es que, desde el fin del toque de queda, los incivismos, los botellones y las peleas han aumentado exponencialmente.
Durante los primeros 15 días de junio, la Guardia Urbana ha puesto 1.166 denuncias por consumo de alcohol en la calle y desde que se activó el estado de alarma, el Ayuntamiento de Barcelona ha recaudado más de dos millones de euros en multas. El domingo pasado también se desalojaron unas 1.400 personas de las playas de Barcelona.
A las 9 playas de la ciudad habrá un dispositivo específico que sumará un total de 325 personas, 77 vehículos de servicio, 2.685 papeleras, 106 contenedores, 19 bañeras y 275 lavabos móviles.