La llegada de Barcelona en Comú a la Casa Gran ahora hace poco más de un año comportó un cambio radical respecto a la simbología y su relación con la monarquía. Lo que no habían hecho los alcaldes socialistas Serra, Maragall, Clos y Hereu en 32 años de mandato, ni el convergente Trias en 4, lo hizo Ada Colau y su equipo en un mes y medio. Aprovechando la abdicación del rey Juan Carlos I en favor de su hijo Felipe, el 23 de julio del 2015 se procedió a retirar el busto del primero.
Desde entonces, con cierta complicidad por parte de los grupos de CiU, ERC y la CUP y las protestas airadas de C's y PP, en el Salón de Plenos no hay ningún busto real, porque tampoco se ha colocado ninguno del sucesor. Ni hay intención de hacerlo.
De hecho, para poder formalizar la retirada del busto y esquivar el requerimiento de la Delegada del gobierno español, Maria de los Llanos de Luna, instando Colau a poner un busto de Felipe VI y de paso, aclarar que quien decide los símbolos del ayuntamiento es el consistorio, el pleno municipal aprobó en diciembre del 2015, por mayoría cualificada de dos tercios, una modificación del Reglamento Orgánico Municipal para permitir que sean los mismos concejales los que decidan los símbolos que tienen que presidir el Salón de Sesiones, sorteando de esta manera las leyes y reglamentos que obligan a los ayuntamientos a exhibir una efigie del monarca, más allá de la voluntad de los concejales y, por extensión, de los ciudadanos. La modificación contó con los votos a favor de BComú, CiU, ERC, PSC y CUP y la oposición de C's y PP.
Cambio de nombres de la sala de plenos
Con el cambio de reglamento en la mano, la ofensiva antimonárquica de Colau continuó con el inicio del proceso del cambio de nombre de la sala de plenos, hasta ahora Salón de la Reina Regente, en honor a Maria Cristina, madre de Alfonso XIII, que pasará a llamarse Sala Pi i Sunyer, en recuerdo de quién fue alcalde de la ciudad entre febrero y octubre de 1934 y entre febrero de 1936 y julio de 1937. Con todo, el salón de plenos más allá de su nombre todavía lo preside un enorme retrato de María Cristina y Alfonso XIII.
Por eso la retirada de simbología monárquica podría dar todavía un paso más en caso de que BComú haga suya la propuesta que ha lanzado el exdirector del Born Centre Cultural y expresidente de Òmnium Cultural, Quim Torra, que pide, lisa y llanamente, la retirada del cuadro y su sustitución por un emblema radicalmente barcelonés, la recuperada bandera de Santa Eulàlia.
Torra dio a conocer su propuesta el pasado jueves en una serie de tuits en que recordaba entre otros detalles que la reina regente hizo caso omiso de un memorial de agravios que se le presentó en Barcelona el año 1888, y recordando que la bandera de Santa Eulàlia luciría más en esta sala de plenos ahora con nombre republicano que en el almacén municipal donde actualmente está depositada.
La bandera está custodiada por el MUHBA
Efectivamente, fuentes del Ayuntamiento han confirmado a El Nacional que la bandera está "custodiada en dependencias o almacenes del Museo de Història de la Ciutat", después de formar parte de la exposición temporal Donec Perficiam con que se inauguró el Born Centre Cultural.
Torra, que fue director del Born CC en la fundación de este espacio, recuerda que la bandera, original del siglo XVI y que fue exhibida por Rafael Casanova en el último aliento del asedio de 1714, fue cuidadosamente restaurada por técnicos municipales para poder exponerla en el recinto arqueológico, y por lo tanto es "el símbolo máximo de la ciudad". "Si alguien encuentra un símbolo que represente lo que fue Barcelona hasta 1714 mejor que la bandera de Santa Eulàlia, que me lo explique".
Un cuadro con Alfonso XIII
En declaraciones en El Nacional, Torra asegura que la política antimonárquica del equipo de Ada Colau es sólo "de enseñar la patita", ya que "a pesar de retirar el busto no se declara el rey como persona non grata" y en paralelo "al cambio del nombre del salón de plenos se deja el cuadro con la reina regente y su hijo Alfonso XIII", el cual "mencionó Felipe V en Barcelona sólo para provocar a los catalanistas".
Asimismo, el exdirector del Born CC recuerda que "costó muchos esfuerzos recuperarla y exponerla para que ahora esté en un almacén", al tiempo que asegura que la imagen "trasciende el sentido religioso, ya que era una bandera cívica y patriótica bajo la cual los barceloneses combatieron hasta el Once de Septiembre".
"Lo más lógico es ponerla en el Ayuntamiento", continúa Torra, que considera que en este "verano antológico", con polémicas como la exposición de estatuas franquistas en la plaza Comercial, ante el Mercado del Born, o las trabas al desfile de la Coronela desde el interior de la Casa Gran con motivo de la Diada Nacional denotan que hay "una cierta izquierda a quien la memoria nacional y soberana le importa muy poco".
Petición en septiembre
Por todo ello, Torra asegura que habría que sustituir el cuadro por la bandera y de hecho, anuncia que en septiembre hará la petición formal en el Ayuntamiento para que se pueda debatir, ya que a opinión de este abogado, editor y escritor, "en el Ayuntamiento hay una anchísima mayoría republicana".
En resumidas cuentas, la propuesta podría forzar un cambio en la simbología del salón de plenos, y recuperar un símbolo original de la Barcelona previa a la llegada de los Borbones que actualmente descansa en los almacenes.
Con todo, y a la espera de que se haga la petición de manera formal, fuentes municipales se limitan a recordar que precisamente el cambio del ROM habilita al plenario a "decidir la simbología de plenos", es decir que no habría ningún impedimento normativo para hacerlo. Ahora bien, la voluntad política ya es toda otra historia.