La calle de Pi i Margall, una de las vías barcelonesas que quizás se merecería la categoría de paseo o avenida por sus 30 metros de anchura, pasará de tener seis carriles destinados a los coches -incluidos los de aparcamiento- a tener sólo dos una vez se materialice el proyecto de reurbanización que ha anunciado el Ayuntamiento de Barcelona, que quiere convertir esta vía que une en línea recta la plaza de Joanic con la de Alfonso X en un eje verde en sintonía con los modelos urbanísticos que el equipo de gobierno de la alcaldesa Ada Colau promueve en diferentes lugares de Barcelona, aunque incluso el RACC considera que el aumento de este tipo de ejes aumenta la congestión del tráfico en calles adyacentes.
Sea como sea, el proyecto de remodelación de Pi i Margall significará todo un cambio para esta semiautopista urbana -que tenía que tener una hermana melliza de Joanic a Lesseps, que nunca llegó a ver la luz- que actualmente cuenta con dos carriles de aparcamiento en semibatería y cuatro de circulación, dos en sentido ascendente y dos más en el descendiente.
De hecho, en la actualidad la calzada ocupa las dos terceras partes de la anchura de la calle, mientras que en el plan de reurbanización se prevé invertir la proporción y ceder un setenta por ciento del espacio a los peatones, mientras que la calzada quedará reducida a un carril para buses y tráfico local y un nuevo carril bici segregado de subida, y en el de bajada habrá un carril compartido para buses, tráfico local y bicicletas, un modelo similar al previsto, y criticado, para la Via Laietana.
Finalización prevista, en noviembre del 2023
La previsión es empezar las obras, presupuestadas en 13,6 millones de euros, el mes de junio del 2022. La duración prevista es de 17 meses, con lo cual tendrían que estar terminadas en noviembre del 2023.
La propuesta se presentó y compartió el jueves con el vecindario, comerciantes y entidades del ámbito de la transformación poniendo el punto final al proceso de trabajo para definir el futuro de la calle Pi i Margall a su paso por los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó que se inició en el 2017.
142 árboles más, hasta 210
Pi i Margall hace unos 690 metros de longitud y su superficie es de 25.000 metros cuadrados. Con la reurbanización habrá un crecimiento significativo del verde y la sombra. Para conseguirlo, se plantarán 142 árboles más para llegar a 210, que serán de más de veinte especies diferentes y se colocarán según las zonas de sol y sombra. Y la superficie de parterres y zonas arbustivas casi se multiplicará por diez: pasará de los 370 m2 actuales a 3.270.
De esta manera, en toda la calle habrá un 80% de sombra, un elemento indispensable para hacer frente a las olas de calor. Además, la intención es que la calle sea ambientalmente eficiente, ya que contará con un tipo de suelo y un sistema de drenaje sostenible que reaprovecharán el agua de la lluvia y proporcionarán a los árboles las mejores condiciones de riego y de aire.