La Sindicatura de Greuges de Barcelona ha abierto una actuación de oficio por la caída de una palmera en el barrio del Raval que este jueves provocó la muerte de una joven de 20 años. Pedirá información al Ayuntamiento de Barcelona sobre el nivel de evaluación en que se encontraba la palmera y la fecha en que se hizo la última revisión de este árbol, situado en la plaza Emili Vendrell. La defensoría de la ciudadanía barcelonesa ha recordado, además, que el mes de febrero pasado ya alertó sobre la gestión del arbolado de la ciudad.
La Sindicatura pidió al Ayuntamiento de Barcelona que, "ante la situación de cambio climático y los consiguientes fenómenos meteorológicos que pueden ocasionar graves daños", se valorara la posibilidad de acortar el periodo para hacer la revisión del estado de los árboles de la ciudad, que actualmente es de dos años. El organismo trasladó esta petición al Institut Municipal de Parcs i Jardins, que respondió con una explicación detallada del funcionamiento del 'Plan de Gestión de Riesgo de Arbolado'. Este plan establece que todos los árboles y palmeras de Barcelona se revisan cada dos años. Por otra parte, aquellos árboles y palmeras especiales por sus dimensiones, peculiaridad botánica, medida o defecto, se revisan con carácter anual. La Sindicatura de Agravios, quiere averiguar, a través de la actuación de oficio, en qué grupo se encontraba la palmera del Raval.
El Ayuntamiento de Barcelona revisó en marzo la palmera y no encontró ningún riesgo
El Ayuntamiento revisó la palmera en marzo, después de que los vecinos de la zona alertaran de que cada vez estaba más inclinada y que había un nido de cotorras en la copa del árbol. El consistorio reconoce que la palmera no estaba en óptimas condiciones, pero no encontró ninguna "anomalía determinante". El gerente del Instituto Municipal de Parcs i Jardins, Francesc Jiménez, ha detallado este viernes que el primer informe preliminar hecho de urgencia apunta a tres factores que podrían explicar la caída "repentina": el estrés hídrico, uno ligero estrechamente en la parte alta de la palmera y la existencia de un nido de cotorras. Sin embargo, Jiménez ha insistido en que ninguno de los tres factores de riesgo que ha detallado "hacen pensar por sí solo que fuera el motivo de la caída". "No hay un factor determinante clarísimo", ha admitido.
La última vez que se revisó la palmera no se vio ningún tipo de alteración, pero fue una revisión ocular y no se hizo un test de oscilación, procedimiento con el cual se evalúa el movimiento de este tipo de árboles. Además, la palmera estaba fuera del grupo de más riesgo, conjunto de 58 árboles de esta especie que el Ayuntamiento estableció después de otro accidente mortal en el 2020. Por este motivo, el consistorio ha ordenado hacer una revisión preventiva a partir del lunes de cerca de 800 palmeras datileras con características similares a la que cayó al Raval. El árbol que provocó el fatídico accidente medía entre 8 y 15 metros de altura y la fractura se produjo a los seis metros.