La forma actual del distrito de Sant Martí de Barcelona proviene del año 1984, cuando el Ayuntamiento de Barcelona aprobó la vigente división de la ciudad en diez entidades. Con poco más de 240.000 habitantes, el segundo más poblado tras el Eixample, está dividido en diez barrios, que acogen parte de lo que había sido el antiguo municipio de Sant Martí de Provençals, agregado a Barcelona el año 1897. De hecho, el término municipal de Sant Martí era mucho mayor, ya que abarcaba, por ejemplo, el Poblet, actual barrio de la Sagrada Familia, en el Eixample; la Sagrera, en Sant Andreu, y el Guinardó, en Horta-Guinardó.
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Sant Martí de Provençals era, además un municipio con diferentes núcleos diseminados, muchos de los cuales se encuentran en el origen de los actuales barrios, empezando por lo que conserva el nombre del municipio y continuando por los núcleos del Clot y del Poblenou, entre otros. Su extensión de terreno plano y próximo a la ciudad de Barcelona fue clave para que pasara de la explotación rural de sus campos a ser un referente de la revolución industrial en Catalunya, del que todavía quedan bastante remanentes en su tejido urbano y arquitectónico, a los cuales hay que añadir los grandes polígonos de viviendas construidos junto a Sant Adrià de Besòs, conformando un territorio donde se mezclan antiguas masías y chimeneas industriales con modernas zonas de expansión, como la plaza de las Glòries y el 22@. A todo este legado hay que añadir la importancia actual de las playas con 2,6 kilómetros de litoral. Si el distrito está formado por diez barrios, aquí van diez recomendaciones de puntos de interés, una por cada barrio.
El Besòs i el Maresme: la rambla salvada por los vecinos
El Besòs y el Maresme es un barrio marcado por la existencia de grandes polígonos residenciales construidos durante los años 50 y 60 del siglo pasado. En la zona que limita con el mar hay el parque del Fòrum, compartido con Sant Adrià de Besòs, y el NAT, Museu de Ciències Naturals, pero si un espacio vertebra este barrio es la Rambla Prim, el gran paseo perpendicular al mar, de cuatro kilómetros de longitud y sesenta metros de anchura que, de hecho, ya estaba previsto en el plan Cerdà y que en los años setenta estuvo a punto de sucumbir para dar paso al primer cinturón de ronda, la actual ronda del Mig, salvada finalmente gracias a la movilización vecinal.
El Camp de l'Arpa del Clot: Masia urbana recuperada
A Barcelona sobreviven un centenar de las más de seiscientas masías que había en su término municipal. Una de ellas es la de Can Miralletes, en el extremo norte del Camp de l'Arpa del Clot, barrio hermano del Clot del cual lo separa la avenida Meridiana. Can Miralletes es un ejemplo de masía que, milagrosamente, se conserva en buen estado y que incluye una pequeña parte del terreno que históricamente explotaba, ahora convertido en jardín público. Después de un uso relativamente reciente como bar, actualmente se encuentra en proceso de rehabilitación integral para poder ser destinada a espacio dirigido a los niños y niñas y las familias que visiten los jardines y ofrezca juegos y talleres relacionados con la naturaleza, el clima y la sostenibilidad.
El Clot: Centro administrativo de un distrito diseminado
El antiguo municipio de Sant Martí de Provençals contaba con varios núcleos diseminados, uno de los cuales, el del Clot, es el actual centro administrativo. En la plaza de Valentí Almirall se encuentra la sede del distrito, ubicada en Ca la Vila, lo que había sido históricamente el Ayuntamiento de Sant Martí de Provençals. Construido entre 1865 y 1868 por el arquitecto Antoni Rovira i Trias y reformado en 1888 por Pere Falqués i Urpí, destaca por su carácter monumental y, singularmente, por la torre del reloj que corona el edificio, de madera con cubierta de pizarra negra y balconada de hierro que le da una peculiar fisonomía.
Diagonal Mar i el Front Marítim del Poblenou: Memoria del pasado industrial
Buena parte del barrio de Diagonal Mar i el Front Marítim del Poblenou se sitúa en el espacio ocupado por Macosa, una descomunal fábrica del sector metalúrgico que marcó el pasado industrial de esta parte de Barcelona. Desaparecida casi completamente, dio paso a varias operaciones urbanísticas, la última de las cuales ha sido la apertura de la avenida Diagonal hasta el mar y la construcción de todo el entorno. Como recuerdo del pasado queda la chimenea, de hormigón y 63 metros de altura, y la Torre de les Aigües del Besòs, un depósito de aguas de 60 metros de altura construida en 1882 por el arquitecto Pere Falqués i Urpí.
El Parc i la Llacuna del Poblenou: ¿El futuro centro de Barcelona?
El barrio del Parc i la Llacuna del Poblenou incluye en su territorio parte del 22@ así como el llamado Triángulo Golfo, la principal zona de ocio nocturno de Barcelona y un quebradero de cabeza para los vecinos. También incluye buena parte de la plaza de les Glòries, aquel centro de la ciudad que Cerdà soñó pero que nunca acabó de salir bien pero que actualmente, con edificios singulares como la Torre Glòries y el Disseny Hub y a punto de acabar su remodelación íntegra y, esperamos que definitiva, tiene muchos números de devenir, ahora sí, el futuro centro de la ciudad de Barcelona.
El Poblenou: La rambla ciudadana
El nervio ciudadano de Sant Martí se encuentra en el barrio del Poblenou y principalmente en su rambla, principal vía popular del distrito. En un barrio que sufre la condena de ser el preferido de los expats, esta rambla, con sus comercios emblemáticos, como la horchatería El tío Che, o equipamientos históricos como la Alianza del Poblenou mantiene un sabor de barrio popular que se resiste a la gentrificación. Desde su cruce con la calle de Pere IV -el eje industrial del distrito- hasta el mar, la Rambla del Poblenou es el principal espacio de vida vecinal y cívica del distrito de Sant Martí y, de hecho, la rambla más popular de Barcelona.
Provençals del Poblenou: Un parque sobre terrenos industriales
El barrio de Provençals del Poblenou lleva este nombre como espacio que vincula Sant Martí con el Poblenou y está marcado por la presencia de buena parte del 22@ en su territorio así como por la existencia del Parc del Centre del Poblenou, diseñado por Jean Nouvel e inaugurado el 2008 sobre antiguos terrenos industriales de los que queda un edificio, el Oliva Artés, actual subsede del Museo de Historia de Barcelona (MUHBA). El parque destaca por una modernidad que no siempre ha sido del todo entendida por sus vecinos y usuarios, y conserva en su trazado el paso de la calle de Pere IV. También en este barrio hay otros antiguos complejos industrial en transformación, el de Can Ricart y La Escocesa.
Sant Martí de Provençals: Un singular núcleo rural
El barrio de Sant Martí de Provençals, que conserva el nombre del antiguo municipio, esconde el grande atractivo del distrito. En medio de grandes bloques de edificios se ha conservado el pequeño y singular núcleo rural de Sant Martí Vell, compuesto por una iglesia góticobarroca de los siglos XV a XVII y varios edificios adyacentes, que trasladan al vecino y al visitante en un viaje en el tiempo a un pasado rural hoy prácticamente desaparecido, con un par de relojes de sol con leyendas bien curiosas. En su entorno se encuentra el parque de Sant Martí y en un futuro no muy lejano, la entrada desde este lado de la estación intermodal de la Sagrera.
La Verneda i la Pau: una rambla paralela al mar
En el barrio de la Verneda y la Pau se encuentra el origen del antiguo pueblo de Sant Martí de Provençals, documentado ya el año 989. Modernamente, se trata de la unión de dos barrios, el de la Verneda y el de la Pau, marcados por la presencia de grandes bloques de edificios impulsados a partir de los años cincuenta para dotar de residencia las grandes olas migratorias. Su calle principal es la rambla Guipúscoa -calificada de rambla a pesar de ser paralela al mar-, que funciona como eje vertebrador de la vida social de esta parte de Barcelona. Continuación geográfica de la calle de Aragó, la rambla de Guipúscoa aglutina los servicios y los comercios de la zona.
La Vila Olímpica del Poblenou: El gran legado olímpico
A pesar de una posición de relativa centralidad en el plano de Barcelona, el de la Vila Olímpica del Poblenou es uno de los barrios más modernos de la ciudad, ya que se trata de una zona industrial, la de la Nova Icària, que fue eliminada por la piqueta olímpica en la transformación más radical y exitosa hecha con ocasión de los Juegos Olímpicos de 1992. Este mismo hecho convirtió el nuevo barrio en un espacio sin alma histórica y con el Port Olímpic como gran referente, una instalación portuaria que, a pesar de todo, ha necesitado una profunda renovación reciente, en el marco de la Copa América de Vela, para poder revitalizar el espacio, ahora dentro del paraguas de la economía azul.