El primer día de marzo, justo dentro de tres semanas, empezará la gran transformación de la Via Laietana que tiene que convertir la principal arteria de vehículos de Ciutat Vella en un espacio pacificado de acuerdo con el modelo Superilla Barcelona que preconiza el ayuntamiento. A pesar de la controversia que pueda generar restringir al tráfico esta vía y la necesidad de redirigirlo por los ejes paseo Picasso / paseo Lluís Companys y Paral·lel / calle Urgell, la decisión ya está tomada y el inicio de las obras es inminente, con una primera fase que, si todo va según el calendario previsto, finalizará justo antes de las elecciones municipales de mayo del 2023.
El objetivo de la reforma es, según ha especificado este martes la segunda teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Janet Sanz, "convertir la Via Laietana en un eje verde y cívico", lo cual comportará la reducción del paso de vehículos, calculado en unos 47.000 diarios -más de 28.000 de subida y unos 18.000 de bajada-, muchos más que los que soportan calles del Eixample como Aribau, Muntaner o Diputació, que se calculan en unos 25.000. De hecho, Sanz ha recordado que la vía, abierta entre 1908 y 1913, tiene veinte metros de anchura, lo habitual en el Eixample, pero con circulación en doble sentido. Y la víctima de eso han sido históricamente las aceras, demasiado estrechas.
De hecho, el principal reclamo de la reforma será ensanchar las aceras, que actualmente son de entre 2,6 a 3,5 metros -más el fallido ensanchamiento hecho con urbanismo táctico, un carril no-bici a menudo ocupado por ciclistas-, de manera que ahora se ampliarán hasta los 4,05 metros y con un trazado lineal que será más amable para el peatón, que no tendrá que hacer eses como las que se veía obligado a hacer en la plaza de Antoni Maura, en el cruce con las avenidas Catedral y Francesc Cambó y donde, precisamente, está la sede de la patronal Foment del Treball, que recientemente ha criticado la implantación en el Eixample del modelo Superilla al considerar que hará aumentar la contaminación y perjudicará la economía.
A pesar de las críticas de Foment, Sanz ha resaltado que incluso en la sede de la patronal saldrán ganando con la reforma, que ha querido circunscribir en la "revolución urbana que proponemos para Barcelona". De hecho, la teniente de alcaldía ha asegurado que la implementación de cuatro grandes zonas de estancia y priorizar la movilidad de los peatones será la adaptación a la Via Laietana de "el espíritu Superilla Barcelona". Dicho de otra manera, este 1 de marzo empieza la 'supermanzanización' de la Via Laietana, con un calendario que comprende dos fases, la primera entre Urquinaona y Antoni Maura y la segunda entre Antoni Maura y Correus.
Calendario de las obras
Según ha informado el Ayuntamiento de Barcelona, esta semana ya empezará a haber informantes que prepararán a los vecinos y visitantes para el inicio de las obras, que será el primero de marzo. En primer lugar, se trabajará en la mejora y renovación de las redes del subsuelo, es decir, los trabajos necesarios para renovar la red de agua potable, mejorar la red eléctrica y de telecomunicaciones e implantar canalizaciones de servicios. En principio no está previsto que ninguna de estas actuaciones afecten al servicio de Metro. Una vez hecha esta primera parte, se pasará a la reurbanización del tramo superior de la Via Laietana, con la previsión que se pueda terminar en catorce meses, es decir, que se finalizaría a finales de abril de 2023, justo a las puertas de las elecciones municipales previstas para mayo.
Este calendario, de hecho, podría hipotecar la segunda fase de las obras en caso de un cambio de gobierno municipal, aunque Sanz ha defendido que toda la reforma ya ha sido aprobada por la comisión de urbanismo del ayuntamiento. Por lo tanto, no es descartable que la culminación de la reurbanización se convierta en una promesa electoral en la próxima campaña para las municipales. Sea como sea, la intención del actual gobierno municipal es iniciar la segunda parte de las obras, entre Antoni Maura y Correus una vez finalizada la primera y no hacerlas de manera simultánea. Es decir, la segunda fase prácticamente se tendría que poner en marcha ya en el próximo mandato.
Primeras restricciones en abril
En todo caso, durante el mes de marzo y principios de abril se empezará a trabajar en el lado Besòs del tramo entre la plaza Urquinaona y la bifurcación con la calle Jonqueres. En sentido ascendente no habrá modificaciones. Ya en abril se trabajará también en la acera Llobregat y empezarán las restricciones de tráfico, ya que en sentido montaña quedará cortado en la plaza de Antoni Maura, que hará las funciones de rotonda y hará que los vehículos que no se dirijan a los aparcamientos tengan que dar la vuelta y volver a bajar dirección mar. En sentido descendente, habrá un carril bus y uno para vehículo privado, que se mantendrá así hasta el final de las obras.
El corte efectivo de la Via Laietana comportará desviar el tráfico por otras vías. La recomendación del ayuntamiento es el desvío por la avenida Marquès de l'Argentera, paseo Picasso, paseo Lluís Companys y ronda de Sant Pere, que será el recorrido alternativo que harán las líneas de autobús 47, V15 y V17. Una segunda posibilidad será dar la vuelta por el paseo Colom, Paral·lel y hasta la calle Urgell para acceder al Eixample. Los ciclistas también se tendrán que adaptar a esta nueva configuración. Con todo, la intención del consistorio mientras duren las obras es la de garantizar el acceso a los aparcamientos y los servicios de carga y descarga, tanto en los establecimientos de la Via Laietana como en el mercado de Santa Caterina, así como los movimientos de los peatones por toda la zona.
Nueva configuración
El objetivo final de la reforma es dar lugar a una nueva configuración con aceras ampliadas, una calzada central que contará, en sentido mar-montaña, de un carril para buses y taxis que también podrán utilizar los vecinos y vecinas de la Via Laietana y de la Barceloneta, además de un carril bici segregado en el lado de la acera, mientras que en sentido montaña-mar habrá un carril compartido para buses y bicicletas y un carril abierto al tráfico privado con circulación limitada a 30 km/h. Esta previsión provocó quejas de los colectivos de taxistas y ciclistas, que no quedaron convencidos.
Con respecto a los taxistas, el gerente de movilidad e infraestructuras del ayuntamiento, Manuel Valdés, ha apuntado que a cambio de la desaparición de la histórica parada de taxis en la plaza de Antoni Maura se habilitará una "con más capacidad" a la altura de la calle Joaquim Pou y otra en la calle Àngel Baixeras. En cuanto a los ciclistas, Valdés ha considerado que a pesar de compartir el carril con autobuses en sentido descendente "como ahora se hace en Creu Coberta", conviene tener en cuenta que no se tiene que comparar el tráfico futuro con el actual, ya que la previsión es de una gran reducción del paso de vehículos.
Sin manifestaciones ahora y sin terrazas en un futuro
La incidencia de las obras durante un largo periodo de tiempo, que será de catorce meses la primera fase y de "no menos de un año" la segunda una vez se empiece, obligará también a prescindir de un importante uso cívico de la Via Laietana, por el hecho de que es uno de los principales lugares de manifestaciones. En este sentido, Sanz ha especificado que mientras duren las obras "las manifestaciones tendrán que buscar otros recorridos". Otro aspecto importante de la reconversión es que una vez ensanchadas las aceras, no está prevista la instalación de terrazas: "No habrá veladores", ha afirmado el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa.
Al fin y al cabo, supondrá que hacia finales de abril del 2023 esté finalizada la primera fase, que incluirá también la pacificación de la calle Junqueres, que pasará de ser una auténtica autopista con unas aceras prácticamente imperceptibles, ya que condensan todo el tráfico ascendente, a una calle de plataforma única de acceso sólo para vecinos y usuarios de parkings. Asimismo, está previsto el cambio de sentido de la calle Ortigosa, para garantizar en todo momento el acceso al Palau de la Música. La segunda fase tendrá que empezar una vez acabada la primera, pero la celebración de elecciones municipales podría comportar la modificación del proyecto. Y la guinda de la reconversión, la transformación de la Jefatura de la Via Laietana en un espacio de Memoria Histórica, aunque decididamente defendida por el Ayuntamiento de Barcelona, queda, de momento, fuera de este proyecto de 'supermanzanización'.