La supermanzana del barrio de Sant Antoni es, hasta ahora, una muestra casi irredenta de lo que suponía la aplicación del llamado 'urbanismo táctico' en la ciudad de Barcelona. Aunque ya se puso a prueba con la supermanzana del Poblenou -que continúa casi en las mismas condiciones- este tipo de urbanismo se vio impulsado por la pandemia y consistía en pacificar calles por la vía de cerrarlos al tráfico por medio de mobiliario urbano y pintura en el suelo. Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona se prepara para convertir en estructural el urbanismo táctico de la supermanzana de Sant Antoni, pero con una intención clara, la de "corregir" los errores que se han detectado en los ejes verdes del Eixample, como la calle Consell de Cent.

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De hecho, el actual gobierno municipal socialista no ha ahorrado críticas al funcionamiento de los ejes verdes del Eixample, es decir, la pacificación de las calles Consell de Cent, Girona, Rocafort y Comte Borrell siguiendo el modelo Supermanzana, y todavía está pendiente que el consistorio presente un plan, anunciado en su momento por el alcalde Collboni, para rectificar las carencias observadas en estas calles cuando justo hace un año que están en servicio. Ahora, en un paso más allá, el mismo ayuntamiento anuncia que pondrá en marcha el proceso para convertir en estructural el urbanismo táctico de la supermanzana de Sant Antoni, pero, como ha apuntado la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, "de manera que se resuelvan carencias ya detectadas en los ejes verdes del Eixample".

Desde alcorques rotos hasta graves problemas de movilidad, Bonet considera que es hora de aprender de los errores y evitar que esta nueva intervención los repita. Por eso ha anunciado que el paso de la supermanzana de Sant Antoni de táctica a estructural se dará "abordando el aprendizaje extraído de los ejes verdes", y con la necesidad de "garantizar la convivencia de usos" e "introducir criterios de código de accesibilidad", es decir, hacer más claros los espacios que tiene que ocupar cada usuario, ya sean peatones, como coches, patinetes, bicicletas y, también las furgonetas de carga y descarga. Además, Bonet ha considerado que con la futura intervención se dará cumplimiento al compromiso del gobierno municipal de "convertir en estructural aquello que era urbanismo táctico y que funciona", una calificación en la que no entraba el carril táctico de la calle Pelai, fulminado como una de las primeras medidas de gobierno.

¿Dónde se intervendrá?

En todo caso, el Ayuntamiento prevé actuar en un ámbito de 13.400 m², que incluye cinco tramos de calle -tres tramos de la calle Comte Borrell, entre la avenida Paral·lel y la calle Manso, y dos de la calle Parlament, entre Viladomat y la ronda de Sant Pau- y la consolidación de la plaza de la confluencia de las calles Borrell y Parlament. De momento, y en línea con la nueva política de contención a la hora de dar a conocer imágenes virtuales del resultado futuro, el Ayuntamiento se ha limitado a apuntar que ya se ha aceptado una propuesta, ganadora del concurso preceptivo, como punto de partida para el diseño de la reurbanización definitiva.

Eso sí, la intervención, que prevé que las obras puedan empezar a principios del 2026 con un presupuesto de 8 millones de euros, tendrá como finalidad consolidar la existencia de esta supermanzana, pero evitando la "degradación", según ha admitido la misma Bonet, que ha ido acumulando a lo largo del tiempo y ha obligado a hacer campañas de lavado de cara, y al mismo tiempo, evitar caer en "errores" como los que ha habido en los ejes verdes, como "elementos materiales que se han roto al año de vida", como es el caso de las vallas de los alcorques. Para Bonet, la futura supermanzana de Sant Antoni es la oportunidad para ver porque algunas cosas han ido mal, y ha insistido que uno de los problemas de calles como Consell de Cent es el hecho que "cuando no está suficientemente identificado donde se hace carga y descarga, o está claro por donde pasan los peatones, los patinetes o las bicicletas, porque no se distingue, seguro que genera problemas de convivencia de usos". Por eso, ha defendido que en el caso de la supermanzana de Sant Antoni el paso del urbanismo táctico al estructural se dará con un diseño para "convivir mejor".