Taquilleras, inspectoras o revisoras, estas eran las únicas tres tareas que las mujeres podían ejercer cuando el Metro de Barcelona empezó a rodar, ahora hace cien años, con el añadido que, por normativa, tenían que ser solteras y dejar el trabajo en el momento de contraer matrimonio. Actualmente, las mujeres ocupan 199 categorías profesionales en la plantilla de trabajadoras y trabajadores del Metro, incluidos puestos de responsabilidad, con el dato que uno de los cargos más destacados, el de la conducción de los convoyes, cuenta hoy en día con mayoría femenina: el 57% del personal de conducción son mujeres. Y evidentemente, no hay ninguna normativa que condicione su trabajo a su estado civil. Estos datos, sumados a otro también suficientemente significativo, que el 61% de personas usuarias también son mujeres, ejemplarizan el importante rol de la mujer en el transporte público de Barcelona.

Para explicarlo todo ello, y en el marco de las celebraciones del centenario del Metro de Barcelona y en vísperas del 8M, día de la Mujer, este jueves se ha presentado el libro La dona treballadora al Metro de Barcelona, un compendio del importante y hasta ahora poco conocido del papel de las mujeres en el Metro. Laia Bonet, presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), ha destacado en la presentación de este libro que se ha querido buscar una mirada sobre la historia de la mujer trabajadora en el Metro, porque desde aquí se explica "la evolución del papel de la mujer" también a la sociedad en general.

El libro, escrito a cuatro manos por el historiador Ricard Fernández y la responsable de patrimonio histórico de TMB, Maria José Muñoz, recoge, con gran profusión de imágenes históricas, el papel de la mujer como trabajadora de la red de Metro, y contiene un prólogo a cargo de la catedrática de Geografía urbana Carme Miralles, que, en un mensaje grabado en Chile ha tenido unas palabras de recuerdo para Mercè Sala, primera presidenta de TMB, y ha apuntado que el volumen es "un libro necesario para hacer emerger el trabajo de las mujeres en TMB, que ha sido un trabajo constante en toda la historia de los transportes pero a menudo sumergido y poco valorado".

En un diálogo posterior con los dos autores, Muñoz se ha referido a la "necesidad de llenar un vacío", porque habitualmente se explica la historia del Metro desde el punto de vista técnico, el crecimiento de la red o los cambios en el material móvil, pero hacía falta "explicarlo desde la evolución de la gente que ha trabajado y, además, poner el foco sobre la mujer", asumiendo que "así también se explica una parte de la vida laboral del resto de compañeros". El libro se complementa con una exposición al Espai Mercè Sala, en la estación de metro Diagonal, sobre las mujeres y los trabajos que han desarrollado y desarrollan en TMB.