El esgrafiado es una técnica decorativa muy vinculada en Barcelona, donde se calcula que hay más de 1.500 edificios que cuentan con estos tipos de revestimientos murales, que a menudo toman la forma de cenefas, jarrones, guirnaldas, orlas, motivos florales y figuras, pero también anuncios publicitarios e incluso diseños modernos, que han llenado las paredes exteriores -y a veces, también interiores, principalmente vestíbulos- de los edificios de la ciudad, desde el siglo XVII hasta bien entrado el siglo XX, gracias al hecho de que el modernismo hizo de esta técnica una de sus señales de identidad. Ahora, el libro Barcelona esgrafiada (Ajuntament de Barcelona, 2023) hace una recopilación de unos 150, una pequeña muestra de estos tatuajes que exhiben los edificios históricos de la ciudad.
El libro parte de una iniciativa de Lluís Duran, diseñador gráfico y al mismo tiempo fotógrafo, que se ha dedicado a revisar el patrimonio de esgrafiados de la ciudad con una doble mirada, una como autor de las imágenes y otra como profesional del diseño, para componer una propuesta de recorrido por la ciudad, pero con especial atención en los distritos de Ciutat Vella, donde se encuentran los esgrafiados más antiguos y el del Eixample, que es un delirio del esgrafiado modernista, sin olvidar los que hay diseminados por el resto de la ciudad, para invitar el lector a disfrutar de un espectáculo que no solo es gratuito, sino que supone también alejar la mirada de pie de calle -y del inseparable teléfono móvil- para alzar la vista hacia las paredes de los edificios y las maravillas que se muestran solo a los observadores atentos.
Así, se recogen esgrafiados históricos lo bastante conocidos, como los de la Casa del Gremi dels Velers, que incluso obligó a reconsiderar la alineación de la Via Laietana, los del Parlament de Catalunya y el de los complejos escolares edificados en tiempo de la Mancomunitat de Catalunya, como la Escola Baixeras, para pasar a continuación a revisar los mil y un esgrafiados del Eixample, desde los más conocidos como los del Palau Macaya en el paseo de Sant Joan y la Casa Amatller del paseo de Gràcia, las dos, obras de Josep Puig y Cadafalch, hasta los que adornan multitud de edificios de vecinos, como la Casa Jaume Sahis (Bruc, 127); la Casa Filella (Urgell, 95); la Casa Germans Torres (Aribau, 180), y los esgrafiados modernos del edificio de Pau Claris 99.
Con respecto al resto de Barcelona, el libro destaca entre otros los esgrafiados de la Casa Jacint Compte (Major de Sarrià, 119); la Casa Museu Gaudí, en el recinto del Park Güell; la Casa Muntadas, en la avenida Tibidabo, 48; la Casa Granell, en Pàdua 75, y la conocida Casa Ramos de la plaza Lesseps, pero también hace mención de los esgrafiados modernos del Antic Can Ponsich, en la calle de Enric Giménez 17. Cada edificio esgrafiado se acompaña de un código QR que permite su localización en Google Maps, se menciona cuando procede si está protegido y se especifica la autoría de los esgrafiados y si han sido restaurados.
Asimismo, la obra se complementa con artículos sobre la presencia de los esgrafiados en Barcelona a cargo de Daniel Pifarré, historiador del arte; las técnicas del esgrafiado, por Joan Casadevall i Serra, arquitecto, y la evolución de los esgrafiados en la ciudad, firmado por Salvador García Fortes, profesor de la facultad de Bellas Artes de la Universitat de Barcelona. Todo ello conforma una obra que, por una parte, funciona como guía para conocer la riqueza de los esgrafiados de la ciudad y, por la otra, entender como y por qué durante varios siglos y con técnicas diferentes fue utilizado para la decoración de escuelas arquitectónicas bastante diversas. Por lo tanto, Barcelona esgrafiada es una herramienta imprescindible para reconocer y disfrutar de estos tatuajes que exhiben, con orgullo, centenares de edificios de la ciudad.