Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha reconocido que está preocupada por las secuelas del coronavirus en el transporte colectivo, especialmente las consecuencias que tendrá la pandemia en su gestión de la demanda, las medidas sanitarias, la financiación y su imagen pública.
El conseller delegado de TMB, Gerardo Lertxundi, participó ayer miércoles, en una sesión extraordinaria del Policy Board (comité de dirección) de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP) para analizar las consecuencias de la pandemia, junto con directivos de las principales empresas de transporte de varias ciudades del mundo, entre otros, los responsables de los principales operadores de Nueva York, Londres, Singapur, Seúl y Milán.
Según ha informado la empresa pública de transporte de Barcelona, uno de los principales retos que identificaron los operadores de transporte está en la gestión de la demanda para hacer compatibles los criterios sanitarios con los criterios de gestión de la movilidad.
"Otro elemento de preocupación es la imagen del transporte público, en un contexto en que se aconseja su no utilización para evitar la proximidad de las personas, ante el reto de la sostenibilidad y el compromiso colectivo para preservar el medio ambiente, que hará necesario recuperar la atracción por el uso de los sistemas de transporte colectivos", explica TMB en una nota de prensa.
También preocupa el reto de la financiación y la necesidad de asignar fondos para equilibrar las cuentas de resultados del transporte público, en un contexto de baja demanda y de una oferta adaptada para garantizar las medidas de seguridad que determinen las autoridades sanitarias.