El plan de expansión del Model Superilla en l'Eixample de Barcelona, que prevé la creación de ejes verdes en las calles Consell de Cent, Rosselló, Comte Borrell y Girona en el horizonte de 2023, en una primera fase ampliable en 2030, tendrá como consecuencia directa el desplazamiento del tráfico a las calles adyacentes y no la disminución de la presencia de vehículos privados, con un aumento de las colas de vehículos en hora punta que será de un 26% en la fase del 2023 y de un 55% de cara al 2030.
Esta es una de las principales observaciones del estudio 'Impacte en la mobilitat del projecte de Superilla Barcelona a l’Eixample' que ha presentado este jueves el RACC y que supone un importante toque de atención a los planes de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de llevar a cabo la implantación de ejes verdes en pleno Eixample en los próximos dos años y se añade al reciente informe que apuntaba que las Superilles disparaban la contaminación en las calles próximas.
Según ha advertido Josep Mateu, presidente del RACC, la creación de nuevos ejes verdes no se puede realizar sino "se combina con la mejora del transporte público", ya que una de las conclusiones del estudio es que los usuarios de vehículo privado consideran que la oferta actual no es alternativa suficiente para hacerles cambiar de sistema de transporte. Por eso, el consejo que da el RACC es el de "ajustar los calendarios de las restricciones con las mejoras al transporte público". De hecho, Mateu ha considerado que hasta al menos el 2025 no habrá mejoras significativas en alternativas de transporte como Rodalies, y, por lo tanto, implementar antes el Modelo Superilla sólo comportará un aumento de la congestión.
"Los conductores no son culpables, son víctimas", ha añadido Mateu, que ha señalado que Barcelona "no tiene que renunciar a los beneficios de una mejora en la calidad del aire", y por eso la propuesta del RACC, aunque no pide explícitamente el aplazamiento, sí que pide la armonización con la mejora del transporte público, además de otras medidas como la mejora de los parkings disuasivos -park&ride-.
Aumento de colas muy significativo
Uno de los puntos claves del estudio es precisamente la previsión que la fase 1 de la Superilla Eixample, con la conversión en eje verde cuatro calles y la configuración de plazas en los chaflanes supondría un incremento de las colas, que actualmente son de 14,6 kilómetros en hora punta en diferentes tramos de l'Eixample y que aumentaría a 18,9 kilómetros (un 26% más). Las calles que sufrirían este aumento de la congestión serían las próximas a las vías pacificadas, especialmente el eje avenida Sarrià - calle Urgell, la Gran Vía, la misma calle del Consell de Cent antes de llegar al eje verde y las calles Balmes y València.
De cara al 2030, cuando el Modelo se extendería a las calles Sant Antoni Maria Claret, Provença, Ausiàs March-Tamarit, Almogàvers-Parlament, Llançà, Casanova, Sicília y Cartagena, además de los ya existentes en Enric Granados y la Rambla de Catalunya, comportaría 8,1 kilómetros de cola más que en la actualidad, un 55% más. En este sentido, las perspectivas de aumento de la saturación se extenderían a muchas otras vías de l'Eixample y también a las rondas.
La Superilla, "una mala solución"
Por todo ello, el jefe del Área de Movilidad del RACC, Cristian Bardagí, ha señalado que "incrementar las restricciones" que comportaría implementar el Modelo Superilla en l'Eixample, "sin proveer la alternativa", es decir, la mejora del transporte público, "es una mala solución".