No llegaban a un centenar las personas que se han encontrado este martes por la tarde con el primer cierre del perímetro de la batería antiaérea de la Turó de la Rovira, en la zona mal llamada de los búnkeres del Carmel. Entre la sorpresa de los turistas, incluso de un numeroso grupo que ha llegado a toro pasado, un dispositivo de la Guàrdia Urbana ha hecho efectiva la medida anunciada por el Ayuntamiento de Barcelona. Poco después de las siete y cuarto ha empezado el cierre de toda la zona en un día que los vecinos, molestos por la medida, han querido expresar sus quejas.
Seguramente, empezar el cierre en martes ha sido una buena pensada, porque ha permitido hacerlo sin problemas, ya que toda la gente que estaba se ha retirado siguiendo las peticiones policiales, en "un primer paso", según ha declarado la concejala del distrito de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón, presente en este primer cierre que se ha referido a el como "una medida más para preservar el espacio museístico". Alarcón se ha mostrado satisfecha del trabajo hecho y ha previsto que la presencia de turistas irá disminuyendo a medida que se conozca que el Turó de la Rovira quedará cerrado todas las noches a partir de este mismo martes.
Con todo, el cierre no ha parado la afluencia de turistas, algunos de los cuales, decepcionados para no poder subir a la zona de la batería antiaérea, han buscado espacios alternativos próximos para sentarse y disfrutar de las vistas. Este es uno de los peligros que han generado quejas entre los vecinos, que también han querido dar su opinión en el mismo sitio. Fran Bernal, portavoz del Consell Veïnal dels Tres Turons, ha definido el primer cierre como un "hecho histórico y traumático" que ha atribuido a la intención de convertir Barcelona en un "paraíso turístico". De hecho, los vecinos han considerado que el cierre es una "propuesta autoritaria" y han alertado de que los turistas buscarán otros emplazamientos si no pueden acceder en la cima de la colina. Con todo, el cierre se ha hecho sin problemas, pero a lo largo de la noche han seguido llegando grupos de turistas y también algún runner despistado que ha tenido que girar cola.
Un cierre discutido
Y es que la construcción de una valla perimetral fue una decisión tomada por el Ayuntamiento de Barcelona como medida para cortar los problemas de masificación vividos en la cumbre del Turó de la Rovira, con organización de fiestas ilegales hasta altas horas de madrugada que ocasionaban bastantes molestias a los vecinos. Con todo, los residentes de la zona no ven con buenos ojos que la solución haya sido el cierre nocturno, ya que consideran que la medida es "nefasta", ya que solo implicará que a la hora del cierre, las personas que pueda haber reunidas, se esparzan por todo el barrio para continuar la fiesta.
Uno de los portavoces vecinales, David Mar, miembro del Consell Veïnal dels Tres Turons, consideró, en declaraciones al programa Planta baixa de TV3, que el cierre perimetral era "una medida nefasta, no solo para nosotros, para toda Barcelona y los barceloneses" y alertaba que "el 2 de mayo se consumará el robo de una zona con valor histórico, memorial y patrimonial", además de hacer responsable directo el sexto teniente de alcaldía, Jordi Martí Grau, como responsable del área de Cultura, Educación, Ciencia y Comunidad, a quien recordó que los turistas que suben con alcohol, "entran en una zona musealizada y la Guàrdia Urbana se niega a sancionarlos".
Nuevos horarios para entrar en el espacio
Si hasta ahora el espacio de la batería antiaérea del Turó de la Rovira era de entrada libre las veinticuatro horas del día, a partir de este martes queda restringido el acceso, ya que cerrará todas las noches, a partir de las 19:30 en verano y a las 17:30 en invierno. Todo el recinto quedará cerrado hasta las 9 de la mañana, donde se volverá a abrir. El Ayuntamiento de Barcelona ha defendido la medida equiparándola con el cierre de parques públicos, como el de la Ciutadella, además de confiar en que la presencia turística decaiga a medida que sea más conocido que no se podrá acceder por la noche, cuando uno de los espectáculos era ver la puesta de sol por Collserola.