La desaparición de las cabinas telefónicas, en desuso ante la universalización de los teléfonos móviles, no será totalmente definitiva. La última de las cabinas existentes en Barcelona del tipo con techo, recubrimiento de vidrio y puertas -es decir, la cabina, cabina- estuvo activa -ya sin puertas- hasta hace poco en la calle del Lledoner, en el barrio de Sant Genís dels Agudells (Horta-Guinardó), con el indicativo 8595-A. En marzo del 2021 Telefónica y el Ayuntamiento de Barcelona acordaron la cesión con el objetivo de preservarla como elemento patrimonial. A partir del 22 de abril, víspera de Sant Jordi, iniciará una nueva vida, ahora reconvertida en bibliocabina.

Según ha informado el distrito de Horta-Guinardó, el viernes 22 y como preludio de Sant Jordi, se inaugurará la bibliocabina de Sant Genís, situada en la plaza Meguidó, ante el Centre Cívic Casa Groga. Los actos de inauguración empezarán a partir de las 17 h, con animación y paradas solidarias y a las 18.30 h se inaugurará la bibliocabina. Así, después del proceso de restauración, la última cabina de Barcelona vuelve a Sant Genís, y lo hace convertida en un punto de intercambio de libros en un acto organizado por la Comisión de Fiestas de Sant Genís dels Agudells. Finalmente, a las 19 h, en el salón de actos del Centre Cívic Casa Groga se hará la entrega de premios del X Concurs Literari Infantil i Juvenil y del VIII Premi Pere de la Fuente a cargo de la Associació de veïns i veïnes de Sant Genís.

Uso decidido en consulta vecinal

El uso de la cabina como a punto de intercambio de libros se decidió en una consulta vecinal, realizada en 2017 entre los residentes del barrio, a partir de la cual se determinó cuál tenía que ser su futuro. En total se presentaron 93 ideas de empleos, entre las cuales hubo propuestas para que la cabina ofreciera una línea directa con el teléfono del civismo o con el 112, para que se convirtiera en un punto wifi o para que siguiera siendo una cabina. Finalmente, la propuesta que más votos obtuvo fue la de convertirla en un punto de intercambio de libros.

Cabina telefonica - Sergi Alcàzar

Uno de los últimos usuarios de la cabina de la calle Lledoner / Sergi Alcàzar

La última cabina de Telefónica del modelo con puerta salió del anonimato gracias a Anna Farré, antigua profesora de instituto y vecina del Eixample que inició una campaña para preservarla. De esta manera, propiciado por el interés de la ciudadanía y por el distrito de Horta-Guinardó, se puso en marcha este proceso para convertirla en patrimonio histórico y urbanístico del barrio y de la ciudad. "Creo que estas cabinas se tienen que conservar, son testimonios de una época y de un barrio y quién más quién menos tiene alguna anécdota. Hay gente que utilizaba un cordel o un chiclé por recuperar una moneda perdida, novios y novias que se llamaban desde las cabinas porque en casa no veían bien la relación o aquellos que se dejaban cosas y otros lo recuperaban", explicó Farré en febrero del 2017, en declaraciones en elNacional.cat.