El pasado sábado, 25 de junio, justo después de Sant Joan y en medio de un fin de semana largo, el Ayuntamiento de Barcelona anunció que este lunes empezarían las obras del parque de la Colònia Castells, un proyecto controvertido que cuenta con la oposición firme de un grupo de vecinos que, aglutinados en torno a la Plataforma Salvem el Camp de la Creu - Colònia Castells, piden al consistorio que el futuro parque sea respetuoso con los pocos vestigios que todavía quedan de cuando todo el espacio delimitado por las calles de Entença, Taquígraf Serra, Equador y Montnegre, en el distrito de las Corts, estaba formado por casitas de obreros.
De hecho, aunque el anuncio tuvo lugar en un día donde quizás podría pasar desapercibido, los vecinos no han perdido el tiempo y se han organizado para hacer oír su voz y su opinión enfrente a un proyecto "sin relato" y que no salvaguarda la memoria y el patrimonio histórico. Este mismo lunes, en rueda de prensa convocada de urgencia, la plataforma ha exhibido sus razones para defender un proyecto alternativo y para frenar un proyecto que, para los vecinos, sólo tiene un propósito: "cortar la cinta antes de las elecciones". Según ha explicado Nora Miquel, exvecina de la colonia -la mayoría de las casitas han sido derribadas y la docena que todavía se mantienen en pie están deshabitadas- el actual proyecto de parque "nos lo impusieron", aunque oficialmente surge de un proyecto participativo.
Barcelona, ¿ciudad patrimonio?
De hecho, mientras los vecinos consideran que el actual proyecto de parque no preserva el patrimonio histórico, en paralelo, el ayuntamiento aprobó hace unas semanas la medida de gobierno Barcelona, ciutat patrimoni, que precisamente reivindica el patrimonio popular, y es por eso que la plataforma vecinal todavía se siente más fuerte para hacer dos demandas claras, en primer lugar, "la revisión inmediata del proyecto" y en segundo, "la paralización del expediente". Ahora bien, aunque este lunes tenían que empezar las obras, de momento todavía no se ha producido ningún daño irreparable, porque nada más se han presentado unos operarios en la parte exterior del parque sin hacer ninguna actuación.
En todo caso, los vecinos son contundentes a la hora de denunciar la gestión del gobierno municipal y del distrito, y critican la "poca transparencia" con que ha actuado el consistorio, porque quiere sacar adelante "un parque opuesto a la memoria de la colonia". Además, como ha observado otro de los miembros de la plataforma, Josep Alió, entre los problemas del proyecto que el ayuntamiento pretende sacar adelante es que "no se asegura que se mantengan las casitas" que todavía quedan en pie, al mismo tiempo que lamenta que el parque que quiere hacer el consistorio "es un bucle de autopista que se podría poner en cualquier sitio".
"La Colònia Castells no se merece esto", ha continuado Alió, que recuerda que el proyecto vecinal reivindica el trazado de los antiguos pasajes, mientras que el proyecto del Ayuntamiento, "tiene 900 páginas sin relato". Por todo ello, los vecinos han mostrado su disconformidad con el proyecto y han recordado que ya han enviado siete cartas, dos a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, dos al concejal del distrito, Joan Ramon Riera, dos a la segunda teniente de Alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Janet Sanz y una al Síndic de Greuges de Barcelona, David Bondia, donde expresan su desacuerdo con el proyecto e instan a los políticos a reunirse con ellos para reorientar el proyecto de parque. "Hemos venido para quedarnos", han afirmado los miembros de la plataforma, que no se dan por vencidos a la hora de defender el patrimonio histórico de la Colònia Castells. De momento, son un pequeño David contra un poderoso Goliat, pero no se encogen.