Una veintena de vecinos del barrio Gòtic de Barcelona se han reunido este martes ante el centro cívico Pati Llimona, espacio donde se celebraba la reunión de Consell de Barri, para denunciar los problemas de inseguridad que sufren en las calles donde viven. A pesar de la lluvia, los vecinos han esperado en la puerta del centro la llegada de las autoridades con pancartas donde denunciaban que "el Gòtic es un infierno", alertaban a los turistas de que "Barcelona no es segura" e incluso sentenciaban la muerte de la ciudad con un "RIP". Cuando ha llegado el tercer teniente de alcaldía y responsable del área de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, le han expresado el malestar con una sonora pitada y gritos de "seguridad".

Se trata de vecinos organizados bajo la asociación Calle de los 5 Nombres, que hace referencia a la vía entre la placita del Pino y la calle Escudellers que recibe cinco nombres diferentes en varios tramos. Estos son N'Alsina, Raurich, Gaveteros Blancos, la placita de Sant Francesc y la calle de N'Agla, aunque también se han añadido personas de otras calles de la zona. Ya hace unos meses que se organizan para compartir las preocupaciones y han hecho algunas acciones, como caceroladas y colgadas de carteles, además de trasladar al consistorio las quejas.

 

 

Sin embargo, ante la poca mejora de la situación que denuncian, han decidido hacer una protesta en la calle para dar visibilidad a los problemas del barrio. Así, este martes se han citado en la plaza Regomir, donde han compartido un manifiesto que recoge sus preocupaciones, que posteriormente han trasladado al Ayuntamiento formalmente.

Denuncian "un ambiente de amenaza e intimidación" en el barrio

Los vecinos denuncian "un aumento de los conflictos de seguridad", entre los cuales destacan la presencia de camellos y "captadores de clientes" en relación con las drogas, una "degradación extrema" del barrio por la noche y la madrugada por problemáticas relacionadas con el consumo de alcohol y drogas, así como un incremento de los robos, tanto a turistas como a vecinos.

En este sentido, subrayan que hace pocos días el hijo adolescente de uno de los vecinos sufrió un robo con violencia a primera hora de la mañana, cuando iba en patinete en la escuela, y quedó inconsciente durante algunos minutos. "Hay un ambiente de amenaza e intimidación que condiciona nuestra tranquilidad y nuestra libertad de movimientos", lamentan. Aparte de los conflictos de seguridad, comparten reclamos en relación con la limpieza o el exceso de ruido producido por las terrazas, especialmente durante la temporada alta.

Por todo ello, reclaman al Ayuntamiento que aumente los efectivos de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra. También piden poner en marca un "plan de choque contra las problemáticas de miseria social, salud mental y mejorar los servicios de atención personal" y reforzar las actuaciones en materia de "prevención de conflictos, pacificación y saneamiento del espacio público".