El proyecto de urbanización del tramo de la Gran Via de les Corts Catalanes entre las calles Badajoz y Bilbao -es decir, en el ámbito del túnel de Glòries- que el sábado pasado dio a conocer el Ayuntamiento de Barcelona ha gustado a los vecinos de la zona, pero no les acaba de convencer el calendario, ya que hace meses que exigen que la transformación no quede pendiente para el próximo mandato, que es justo lo que pretende el consistorio. Hay que recordar que los vecinos ya se movilizaron en el momento de la apertura del túnel en sentido Besòs y a finales de noviembre se manifestaron para recordar al consistorio que hace falta emprender con celeridad la urbanización de la zona.
Ahora, aunque continúa pendiente la apertura del túnel en dirección Llobregat -sin fecha, pero aparentemente tendría que ser de manera inminente-, el ayuntamiento ya ha dado a conocer el proyecto, que será una extensión del parque de la Canòpia de la plaza de las Glòries, conformando un paseo verde de 30.000 m² que además de pacificar toda la zona servirá para mejorar la conexión de los barrios del distrito de Sant Martí situados a los dos lados de la Gran Via. Con todo, el inicio de las obras quedará pendiente para el próximo mandato, justo el motivo de queja de los vecinos, ya que la intención del consistorio es empezar a redactar el proyecto ejecutivo con el objetivo de tenerlo listo en abril de 2023 y poder licitar las obras antes del fin del mandato.
Además, mientras no se empiecen las obras definitivas el ayuntamiento quiere hacer una "intervención táctica", con arbolado provisional y pintura sobre el asfalto, un punto que los vecinos no ven nada claro. Aunque los mismos vecinos han participado en la selección del proyecto ganador, que ya consideran como una buena solución, el principal punto de fricción es lo mismo que ha sido siempre, el temor a que las obras se alarguen innecesariamente. De hecho, acusan a la segunda teniente de alcaldía, Janet Sanz y el arquitecto jefe, Javier Matilla, de alargar el tema "expresamente o por negligencia, pero más bien expresamente", según apunta el representante vecinal Miquel Catasús.
"En la reurbanización no hay que hacer inventos"
"Con el túnel debajo y como continuación de la plaza de las Glòries, en la reurbanización de la Gran Via no hay que hacer inventos", apunta Catasús en declaraciones a elNacional.cat, pero lamenta que en 2019 ya se planificaron 25 millones de euros que ahora, "parece que se han destinado a otro lado". De hecho, acusan al ayuntamiento de dejar pasar el tiempo precisamente por esta razón, que el dinero se ha utilizado para otras cosas y por eso consideran que ahora el consistorio se conforma en llegar sólo hasta la licitación de las obras durante este mandato, sin avanzar más.
"Hace un año nos decían que no había tiempo para hacer la inversión este mandato y era mentira, hace medio año nos decían lo mismo y también era mentira y ahora nos lo vuelven a decir y empieza a ser un poco verdad", apunta Catasús, que considera que una vez sobre la mesa el proyecto, todavía hay margen para acelerar las obras: "Creemos que se puede hacer si políticamente se le da la prioridad que debe tener y se ponen a trabajar en serio". Por eso, la exigencia de los vecinos es "que empiecen las obras este mandato, que ya empieza a ser difícil, o si no, al menos que las adjudiquen, ya que ellos dicen que licitan, pero nosotros queremos que se adjudiquen", de manera que así se dejaría atada la obra, aunque haya cambios en el gobierno municipal después de las elecciones de mayo del 2023.
Innecesaria acción táctica
Por eso mismo, los vecinos consideran que no vale la pena hacer una intervención de urbanismo táctico, tal como ha anunciado el ayuntamiento: "No hace falta una intervención táctica, porque serviría para un año como máximo". De hecho, incluso en los planes del ayuntamiento, si la urbanización definitiva se empieza a hacer a partir de abril del 2023, la acción táctica, que según Catasús, "no estaría hecha hasta el verano", y por tanto, tendría una vida muy corta. "Somos partidarios de que no se haga", apunta al portavoz, consciente de que, además, una intervención táctica sería otra excusa para alargar todavía más la urbanización definitiva.
En todo caso, sobre el papel el nuevo paseo verde será una sensible mejora para la vida de los vecinos de este tramo, ya que prevé que en todo el recorrido, de 50 metros de anchura, el verde sea el principal protagonista con bastante presencia de árboles, que ofrecerán zonas de sombra que se intercalarán con espacios de arbustos que delimitarán nuevas zonas de juego y estancia. Además, se prevé una urbanización de plataforma única, con una configuración que prevé al lado montaña -donde hay viviendas- un carril que integre el paso de bicicletas, el tráfico local y los vehículos de servicios, mientras que al lado mar -donde está el centro comercial Glòries- habrá acera, carril de uso local y bicicletas y un espacio para el tranvía desdoblado y buses en doble sentido.