El parque de Monterols, situado en el barrio de Sant Gervasi-Galvany de Barcelona (distrito de Sarrià-Sant Gervasi), está situado en la cumbre de la colina del mismo nombre, que se eleva a 121 metros sobre el nivel del mar. En su origen era la finca familiar de la familia Gil, descendientes de la cual todavía viven en la zona. El año 1926, el paisajista y responsable de parque y jardines de Barcelona, Nicolau Maria Rubió i Tudurí lo incluyó en el sistema de áreas verdes que diseñó para la ciudad y en la década de los años 40 del siglo XX fue adquirido por el Ayuntamiento de Barcelona, que lo destinó a parque público, inaugurado el 8 de julio de 1947.

El parque se sitúa en la parte más elevada de la antigua finca familiar de los Gil, mientras que el resto fue completamente urbanizado y edificado. Eso comporta una singularidad de este parque que es, también la fuente de parte de sus problemas: casi todo el perímetro del parque no da a la vía pública, sino a la parte posterior de edificios de viviendas con la fachada principal en las calles Muntaner, Hercegovina, Valls i Taberner y Copèrnic, casi como si fuera un macrointerior de manzana, de manera que todo lo que pasa en el parque repercute en los vecinos. Este hecho, sumado a las quejas por falta de mantenimiento, han comportado que varios vecinos se empiecen a organizar con una demanda clara al Ayuntamiento de Barcelona: que se redacte, y se aplique, un plan director de todo el entorno del parque.

Isabel, Lluís, Maria Jesús y Mercè son vecinos de toda la vida del barrio y recuerdan cómo ha cambiado el parque de Monterols con el paso de los años y las décadas, y en conversación con ElNacional.cat sobre el terreno reclaman al consistorio que mejore la situación de un parque donde "no hay ningún control". Y es que las demandas vecinales son muchas, desde respetar los horarios de apertura y cierre hasta la reubicación del pipi-can, pasando por el necesario mantenimiento de un parque que, formado por terrazas que suben hasta la cima de la colina, ve cómo los muros de contención se van deteriorando, el nivel del suelo va bajando sin que se reponga, el arbolado -robles, cipreses, encinas, pinos, algarrobos, olivos, almendros...- cada vez presenta un peor estado de salud y que no se limpia lo suficente, entre otras quejas.

Problemas de seguridad en los edificios adyacentes

"A este parque le toca ya un plan director", apunta Lluís, que detalla que este debería servir para "mejorar la seguridad, restablecer los usos, rehacer los bancales, traer más tierra, plantar más vegetación, aprovechar el agua y decidir cuál es el futuro del parque", apuntando que "los vecinos sufrimos incomodidades derivadas de una mala organización". Para Isabel, es importante respetar los horarios de apertura y cierre, señalando que "antes cerraban entre las 19 y las 22 horas y ahora cierran a partir de las 23.30". La misma vecina apunta que el acceso al pipi-can ya es accesible a partir de las 8.30 horas y que, además como dentro del parque no hay ningún equipamiento, nada justifica el alargamiento de los horarios.

Parc monterols / Foto: Roser Gamonal
Suciedad acumulada bajo la vegetación just a la entrada del parque, uno de los problemas que denuncian los vecinos del parc de Monterols / Foto: Roser Gamonal
Parc monterols / Foto: Roser Gamonal
Un árbol con las raíces al descubierto y que podría caer en ocasión de una tormenta si no se sanea la zona / Foto: Roser Gamonal
Parc monterols / Foto: Roser Gamonal
Uno de los vecinos muestra la comparativa del estado de salud de los árboles de la zona, que con los años han perdido frondosidad / Foto: Roser Gamonal
Parc monterols / Foto: Roser Gamonal
Los cmainos están deteriorados y con el nivel del suelo rebajado de manera que las canalizaciones quedan más elevadas, perdiendo su función de recogida de agua pluvial / Foto: Roser Gamonal

De hecho, como el parque está rodeado de edificios y la misma valla presenta lugares por donde es fácil colarse, los vecinos también denuncian problemas de seguridad. "No hay ningún control", señala Isabel, que recuerda que el año 2012 incluso hubo una agresión que acabó con la muerte de un joven de 17 años. Aún hay más, esta vecina asegura que en su edificio ya "han entrado a robar dos veces", accediendo desde el parque, ya que por la noche "no hay ninguna vigilancia". De hecho, es fácil detectar los sitios por donde resulta sencillo colarse en el parque cuando las puertas ya están cerradas.

"Se ha convertido en un parque para los perros"

Otro aspecto que los vecinos critican es la proliferación de perros sin atar. Aunque en las entradas del parque hay placas donde se advierte que los perros tienen que ir atados en el interior, es frecuente verlos desatados, saltando entre la vegetación y accediendo a zonas fuera de los caminos marcados, hecho que deteriora la flora. Para Maria Jesús, este es un aspecto muy importante de un espacio que, asegura, "se ha convertido en un parque para los perros". "Los perros campan a sus anchas", añade Isabel, que recuerda un caso de una trabajadora de parques y jardines que fue atacada por un perro. A su vez, Mercè apunta que ya se han dejado de hacer fiestas infantiles de cumpleaños los fines de semana porque el parque se ha convertido "en el reino de los perros" y "las familias prefieren no venir aquí".

Más allá de la presencia de perros desatados y fuera de los caminos marcados, hay otro problema con estos animales, la presencia de un pipi-can junto a los edificios, que para los vecinos es un problema por los ruidos y malos olores que generan. "La ubicación del pipi-can enganchada totalmente a los edificios es una contaminación acústica permanente", afirma Maria Jesús, que añade que "todo el día se oyen peleas de perros". "Creo que no hay ningún parque en Barcelona donde tengas los edificios totalmente enganchados a un pipi-can", añade esta vecina. "La ubicación del pipi-can no es correcta", insiste.

Parc monterols / Foto: Roser Gamonal
Un perro sin atar corre libremente por fuera de los caminos del parque, ante la atónita mirada de los vecinos / Foto: Roser Gamonal
Parc monterols / Foto: Roser Gamonal
El área para perros del parque de Monterols está enganchada con la zona posterior de los edificios, generando problemas de malas olores y ruido a los vecinos / Foto: Roser Gamonal
Parc monterols / Foto: Roser Gamonal
Los vecinos explican a 'ElNacional.cat' los principales problemas que tiene el parque / Foto: Roser Gamonal

Por todo ello, este grupo de vecinos reclama que el parque se someta a "una restauración de verdad", que incluya, entre otras peticiones, sanear todas las zonas verdes y garantizar que los taludes cumplen su función de contención de tierras, explotar las aguas freáticas, ya que está documentada la presencia de pozos y con más control sobre los perros para que el parque se pueda utilizar con normalidad, además de gestionar los problemas de seguridad con más vigilancia, también cuando el parque está cerrado. Toda una batería de peticiones que consideran que debería contemplar un futuro plan director específico para el parque de Monterols.