La Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) impulsa, junto con otras entidades, una iniciativa ciudadana para revisar "en profundidad" la ordenanza de terrazas y reconsiderar aspectos como las ubicaciones, los horarios, el aforo y el régimen sancionador. En una presentación este lunes por la mañana, la plataforma de entidades vecinales ha defendido que el crecimiento del espacio ocupado por las terrazas ha sido "exponencial" los últimos años y eso ha generado varias problemáticas, de convivencia o relacionadas con la contaminación acústica, por ejemplo. Por su parte, el Gremi de Restauració de Barcelona ha salido al paso de la petición criticando "la obsesión antiterrazas de la FAVB".
En concreto, la FAVB quiere una nueva ordenanza que plantee un reparto "más justo y razonable" de las calles y plazas. Por eso defiende un replanteamiento por volver a una restauración "amiga del vecindario y compatible con la vida cotidiana de los trabajadores", lamentando que la masificación turística, la llegada de grandes cadenas de restauración, la especulación y la internacionalización de Barcelona han "presionado" el sector y han producido grandes cambios, como el uso del espacio público que hacen las terrazas. Por eso, las entidades han defendido que en un espacio público reducido la prioridad tienen que ser los vecinos y la actividad de los negocios de la restauración tiene que ser secundaria.
En este sentido, la FAVB lamenta que se ha pasado de 2.200 terrazas en el 2000 a casi 7.000 este año y que también han aumentado las mesas por terraza, de una media de menos de cuatro por terraza en el 2000 a cinco en el 2022. Según la propuesta de las entidades, la nueva ordenanza tendría que reconsiderar el lugar y los espacios que ocupan las terrazas de acuerdo con las dimensiones de los establecimientos y discriminando entre el uso de acera y de calzada. Además, plantean la necesidad de evaluar esta ubicación y sus impactos con informes previos de impacto acústico, sobre la movilidad y de otros que se puedan derivar. También se tendrían que recoger horarios "compatibles con la vida cotidiana y el descanso del vecindario", especialmente los días laborables.
Asimismo, las asociaciones proponen recuperar la declaración de ordenaciones singulares para encontrar una solución territorial a problemas enquistados desde hace años en algunas zonas de la ciudad. Además, tendría que incluir la garantía de la autonomía, la igualdad de oportunidades y la no discriminación de las personas con discapacidad, como marca el nuevo código de accesibilidad catalán. Por otra parte, han reclamado un régimen sancionador efectivo y que penalice las reiteraciones, ya que aseguran que son los establecimientos reincidentes los que generan más conflictos. Por último, han propuesto que las terrazas sean espacios más saludables y por eso la ordenanza tendría que incorporar la prohibición de fumar.
Los restauradores recuerdan que una iniciativa similar "fracasó"
Por su parte, el Gremi de Restauración de Barcelona ha reaccionado a la petición de la FAVB recordando que la misma entidad ya puso en marcha una iniciativa ciudadana similar en 2018, que "fracasó estrepitosamente" porque no alcanzó las 15.000 firmas necesarias para sacar adelante el proyecto. Además, ha asegurado que varios aspectos que plantea la federación ya se abordaron a la revisión de la ordenanza que se hizo en 2018, como la ubicación de las terrazas, los horarios de funcionamiento y el régimen sancionador. El Gremi también ha negado que la normativa actual no cumpla con las premisas de accesibilidad para las personas con movilidad reducida y ha considerado "indecente" que la federación "intente confundir y engañar a la ciudadanía" sobre este tema.
Para el Gremi, la FAVB tiene una "obsesión antiterrazas'' y lo ha contrapuesto a las preocupaciones que muestra el barómetro municipal que tienen los barceloneses, como la inseguridad o la limpieza. Por eso, ha asegurado que la FAVB "vive en un universo paralelo, ajena a las preocupaciones reales de los barceloneses".