El barrio de Torre Baró, uno de los más periféricos de Nou Barris, es un conjunto de casas bajas, muchas de autoedificación, que se encarama por la vertiente de la sierra de Collserola entre calles empinadas y de dudosa urbanización y donde sus vecinos afrontan los problemas cotidianos con un plus de complicación con respecto a la mayoría de otros barrios. Con una carencia específica de transporte público, que se resume a duras penas en una línea de bus que conecta con Virrei Amat y un bus de barrio bajo demanda que exige planificar todos los traslados y que aisla el barrio durante la noche, el uso del coche privado en esta parte de Barcelona no tiene nada que ver con el de otras zonas, incluso en el mismo distrito. Con respecto al metro, aparte del despropósito del nuevo andén de la L11 en Trinitat Nova, que perjudica a todos los usuarios, el hecho es que en todo caso queda bastante lejos de la parte más alta de Torre Baró.
Por todo ello, el uso del vehículo privado tiene más semejanzas con las necesidades de un ámbito rural que los de una ciudad. En un barrio donde no hay comercio, ni tan sólo una farmacia, y cualquier necesidad se tiene que cubrir bajando a la zona de la estación de tren de Torre Baró o al mercado de Ciutat Meridiana, la necesidad de tener un vehículo privado comporta una derivada evidente, la necesidad de aparcamiento. Y la construcción de uno nuevo por parte del Ayuntamiento de Barcelona, lejos de solucionarlo, ha motivado las protestas vecinales, que ven del todo "insuficiente" el espacio que el consistorio quiere dedicar a aparcar coches.
El proyecto de aparcamiento se encuentra en la calle Castell d'Argençola, uno de los pocos relativamente planos del barrio, y la actuación ha consistido en rebajar parte de un terreno montañoso para habilitarlo como zona de aparcamiento. ¿Y cuál es pues, la queja de los vecinos? Lisa y llanamente, que allí donde el ayuntamiento prevé habilitar espacio para siete plazas en cordón -de las cuales cuatro serían de minusválido-, los vecinos creen que sólo vaciando un poco más la montaña podrían llegar a aparcar hasta 18 coches en semibatería.
Obras paradas
Las obras empezaron en septiembre, pero viernes pasado, al ver que el proyecto limitaba mucho la posibilidad de aparcamiento, los vecinos tomaron la decisión de forzar el parón de las obras, de manera que hace casi una semana que no ha habido ningún cambio. Varias pancartas y unas marcas con cal que simulan las plazas que se podrían habilitar es lo que ahora se puede ver sobre el terreno.
Según los miembros de la Asociación de Vecinos de Torre Baró José Martínez Vicario y Ramon Ferrer, en conversación con elNacional.cat este mismo miércoles, allí donde el ayuntamiento "prevé siete plazas, caben dieciocho", y se muestran decididos a no permitir que continúen las obras hasta que no se encuentre una solución, que de hecho podría llegar este jueves por la mañana, cuando hay prevista una reunión entre los representantes vecinales y técnicos del ayuntamiento.
Por el momento, desde la asociación de vecinos señalan que "no se puede plantear Torre Baró con las mismas condiciones que otros barrios, a causa de sus características sociológicas y orográficas", en especial una "población envejecida" que necesita a diario de vehículos, y cuando hace falta, también ambulancias, para poder hacer sus desplazamientos.
Dejados de la mano
De hecho, el sentimiento en el barrio es que están "dejados de la mano" y que las inversiones a duras penas llegan y, cuando lo hacen como en el caso del aparcamiento, "se hacen mal". Además, los mismos vecinos ponen como ejemplo otra zona de aparcamiento hecha recientemente en la calle adyacente, Sant Feliu de Codines, donde la montaña se ha vaciado de manera tal que incluso furgonetas de grandes dimensiones pueden aparcar en batería sin problema, un hecho que enoja todavía más a un vecindario consciente de sus necesidades específicas. "La mentalidad de que si tienes coche eres rico no funciona aquí", señalan.
Ahora pues, los vecinos reclaman al gobierno municipal que destine recursos en general al barrio de Torre Baró, pero que de manera específica, que se evite otra chapuza made in Colau, un aparcamiento con la mitad de plazas de las que podría admitir.